Toda inversión ahora en generación de electricidad en España es "ociosa". Un rotundo mensaje del consejero delegado de Gas Natural Fenosa a la vista tanto del exceso de potencia instalada -"Sobra capacidad", apunta Rafael Villaseca- y del nuevo escenario de retribución a las renovables, que deja el sector paralizado en la práctica. Y eso incluye también la importantísima cuota que la multinacional consiguió en el concurso eólico de Galicia. Sus 339 megavatios (MW) están en revisión, aprovechando la puerta abierta por la Xunta para los desestimientos y modificaciones de los planes industriales, que, en su caso, llevaban comprometidos un desembolso cercano a los 1.200 millones de euros. El principal beneficiario del reparto "reconsidera todos sus proyectos". "Todos no van a poder ser ejecutados", avanza.

La reforma energética deja un marco regulatorio "que cambia radicalmente" la rentabilidad de las centrales, según Villaseca. "Estamos pendientes de cómo queda la regulación definitiva de renovables, confiamos que en breve la tengamos y estaremos en condiciones de ver cuáles son posibles y qué proyectos son imposibles". Por esa misma razón, la espera de lo que todavía hoy son dos borradores -el decreto general de remuneración y la polémica orden que desarrolla tecnología por tecnología los derechos de cobro-, el número dos de la compañía evitó concretar más y los plazos que maneja para aquellos parques que sí puedan ir adelante durante un encuentro con los medios de comunicación ayer en Barcelona antes de la celebración de la junta general de accionistas. "Dependerá -resume- del momento en que tengamos esas reglas".

El futuro de las inversiones en Galicia es una muestra clara de lo que se aventura a medio plazo en todo el sistema energético del país, con "una drástica reducción" en el caso concreto de electricidad. Lo que incidirá también en que la aportación de esta parte del negocio a la cuenta de resultados seguirá cayendo. Como ya hicieron "otros colegas" energéticos, en Gas Natural Fenosa insisten en que la producción en España "está en pérdidas". En el cajón se queda además el proyecto de aprovechamiento de la central térmica de Meirama con biomasa. Una fuente que no es ajena a los profundos cambios en las primas. "Hoy por hoy no es una prioridad, no está clara -explica Rafael Villaseca-. Pero no queda descartada".

Con el gas y la internacionalización convertidas en dos de las joyas de la corona -la actividad en el extranjero escala hasta el 44%-, y la oportunidad que se abre con la crisis de Ucrania para que España se convierta "en la puerta" de la gasificación europea, Gas Natural acaba de perder los derechos de voto en el accionariado de Reganosa. Bruselas y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lo impusieron como requisito para que la planta protagonice el importante salto de convertirse en transportista. ¿Merece la pena seguir sin capacidad de decisión en la firma? La compañía asegura que lo está estudiando, aunque minimiza el impacto de cualquiera que sea su decisión por su "presencia minoritaria".

La posibilidad de encargar un quinto metanero al astillero público Navantia sigue en el aire. "No hay ninguna novedad", señala el consejero delegado. "Ningún -añade- punto concreto". El proceso está "en fase de discusión técnica" con el armador, sin que todavía exista una oferta sobre la que dar el siguiente paso.

Ante la llegada del nuevo sistema tarifario eléctrico en el mes de julio, Gas Natural está convencida de que las distribuidoras estarán listas para adaptarse. "Es interesante, pero muy, muy complejo", remarca Villaseca, que apela a la necesidad de que el Estado asuma su parte de lucha en el déficit del sector -la diferencia entre lo que cuesta prestar el servicio y lo que realmente se ingresa por él- a cargo de los presupuestos generales. "Las empresas y los usuarios no podemos cargar más", critica. El impacto total regulatorio, incluidos los nuevos impuestos, supusieron más de 500 millones de euros en el ebitda de la compañía. Pese a eso, el negocio logró incrementarse un 0,1% en 2013, hasta los 5.085 millones de euros, y un 0,3%, con 1.445 millones, el resultado neto. "Poco, pero crecimos -destaca el presidente, Salvador Gabarró-, como en los últimos nueve años, cinco de ellos en crisis".