El combate fratricida que se libra en Anova vivirá un nuevo asalto. La formación que lidera Xosé Manuel Beiras celebra mañana una reunión de su coordinadora en la que se prevé un nuevo pulso entre el sector oficial y los críticos a propósito de la fecha de la asamblea extraordinaria que marcará su rumbo y fijará su estrategia política. Los primeros pretenden que esta se celebre después del verano para establecer la hoja de ruta de cara a las municipales, mientras que los segundos exigirán que tenga lugar justo después de las europeas para tratar de retomar el control de la organización.

Esta brecha interna se tornó fractura abisal cuando las bases de Anova eligieron en referéndum concurrir a las elecciones europeas en coalición con Izquierda Unida, reeditando la alianza que, bajo la marca de AGE, les permitió lograr nueve escaños en su debut electoral en 2012. El sector que apoyaba esta opción pasó de crítico a ser el oficial y a dominar el aparato, mientras que los que abogaban por buscar alianzas con formaciones nacionalistas, con la vista en una nueva entente futura con el Bloque, se convirtieron en críticos e iniciaron un pulso.

Este último sector, que ya se ha dotado de una estructura interna y en el que se integran Mario López Rico, Luis Eyré o Paula Vázquez Verao, ya anunció su intención de dar la batalla para tratar de retomar el timón de la nave de Anova. De hecho, algunos miembros han anunciado su intención de no realizar campaña durante las europeas o incluso amenazan con torpedearla. Su intención es celebrar la asamblea de Anova justo después de las elecciones del 25 de mayo para evitar que su energía se diluya, pues algunos de sus miembros ya han optado por abandonar esta fuerza, como Concha Trigo y los militantes de Moaña.

El sector oficial, coinciden varias fuentes, prevé tensión en la cita de mañana, ya programada hace tiempo. Si bien cuándo se fija la asamblea extraordinaria -que según algunas fuentes podría tener carácter ordinario- saldrá a debate, creen que no se tomará una decisión todavía y reclaman "responsabilidad" para no provocar otro incendio justo antes de iniciar la carrera electoral que podría llevar a su candidata, Lidia Senra, a ocupar un sillón en la Eurocámara.

La opción que acepta el aparato pasa por celebrar el cónclave a finales de septiembre u octubre. "Ellos irán perdiendo efectivos y energía con el paso del tiempo", indica un miembro de la cúpula de Anova. "Tras las europeas habrá mucho trabajo", añade otro. Se trata quizás del último pulso antes de nuevas escisiones en Anova.