Ciertamente el Sistema Nacional de Salud se encuentra en un una encrucijada determinante para su futuro, al cual las organizaciones profesionales conjuntamente con la Administración Sanitaria, las Sociedades Científicas Médicas y la propia Sociedad representante de la ciudadanía deben dar respuesta, y al que este Colegio Oficial de Médicos Provincial quiere aportar su opinión.

El Sistema Nacional de Salud en España (SNS), se desarrolla a partir de un embrión preconstitucional, que posteriormente se articula y define desde la Constitución de 1.978; el SNS garantiza la coordinación de los servicios sanitarios de las distintas Comunidades Autónomas bajo un régimen de homogeneidad en las prestaciones, con tutela de la Administración del Estado. A finales de los pasados años 80, se destinaba a gasto sanitario público alrededor del 4,3% del PIB establecido en unos 150.000 millones de euros (equivalente); en la actualidad con un PIB de 1 billón de euros dicho porcentaje se sitúa en el entorno del 9,5%, del que sobre un 7% corresponde al sistema público, porcentajes ligeramente inferiores a la media de los Países de la OCDE.

Cualitativamente, en los últimos lustros, el SNS de España se ha venido considerado como uno de los mejores a nivel mundial por su eficiencia, cobertura y calidad de prestación, sin embargo en la actualidad existen serias amenazas sobre su futuro, cimentadas fundamentalmente en una mala gestión sostenida y en la limitación de los recursos económicos dedicados.

Para garantizar y salvaguardar nuestro modelo sanitario, debe llegarse de base a un gran pacto político donde la sanidad como bien fundamental este fuera de la contienda política. Sobre ello, es necesario además del ímprobo esfuerzo que día a día vienen realizando los profesionales de la salud, implementar una serie de actuaciones sobre tres de los pilares fundamentales que sostienen el sistema. Lógicamente y en estas líneas de extensión limitada se hace muy difícil desarrollar en profundidad una problemática poliédrica y multifactorial, pero si podemos esbozar algunas líneas fundamentales de actuación que urgen clarificar ante las dificultades que acontecen.

Entendemos que tres pilares básicos sobre a los que hemos hecho referencia para contribuir a la sostenibilidad en el futuro del SNS son: la gestión, la provisión y la formación.

Con respecto a la gestión, indicar que este Colegio Oficial de Médicos, apoya y defiende un modelo de gestión clínica para el SNS, si bien totalmente diferente al propuesto por la Administración. Un modelo que se base en una real descentralización de competencias, dotando a las Unidades y Servicios Médicos de las herramientas necesarias de gestión que le permitan dentro de un contrato-programa pactado con las respectivas Gerencias, gestionar eficientemente y con libertad los recursos humanos, técnicos y de farmacia de cada Unidad; este modelo conllevaría un importante ahorro en la gestión económica y una optimización de recursos en la atención sanitaria, al eliminar elementos intermedios que proliferan en la actualidad, en muchas ocasiones nombrados para satisfacer compromisos políticos y que no generan ningún valor añadido, incluso antes al contrario, a la hora de gestionar los Servicios Sanitarios; en este escenario desde luego los principios de igualdad, mérito y capacidad se nos antojan inalienables al propio funcionamiento de las Unidades, basado este en criterios científicos y de experiencia.

La provisión de los Servicios Sanitarios a la ciudadanía en el Sistema Público, está establecida por la Ley General de Sanidad, y mientras la financiación sea por impuestos, tanto directos como indirectos, los ciudadanos tiene el derecho a la prestación sanitaria global; el establecer criterios de distribución presupuestaria finalista y la revisión del porcentaje de PIB destinado, pueden en un futuro inmediato y unido al crecimiento previsible del PIB, garantizar dicha prestación, considerando siempre factores tan importantes como son el envejecimiento poblacional, la cronificación de determinadas patologías y los nuevos procedimientos terapéuticos, especialmente costosos en algunas enfermedades infecciosas. Considerar que el ya establecido repago farmacéutico, alivia de forma importante el gasto que en este capítulo genera el nuevo escenario de patologías y esperanza de vida de la población.

En cuanto a la formación, indicar que es de vital importancia para garantizar un Sistema Sanitario basado en la excelencia. En España tenemos un sistema de formación Médica, el MIR, que es orgullo de todos los que formamos el SNS, reconocido internacionalmente como uno de los más eficientes y mejores sistemas de formación del mundo, ejemplo de su prestigio es que año tras año nuestros Especialistas, formados en España y tras soportar el coste que para los contribuyentes significa su formación, son requeridos para ejercer en otros Países, sobre todo de la UE, como el Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal, etc., por sus virtudes, conocimiento médico y calidad de su formación especializada. Ahondemos en los parámetros de calidad de esta formación y huyamos de comportamientos economicistas a la hora de modificar unos programas de formación excelentes y de reconocido prestigio; la llamada troncalidad puede ser más una amenaza que una oportunidad para la mejora de nuestros Especialistas, seamos cautos y pactemos lo que haya que modificar para conseguir mejorar. Que se cumpla la premisa que dice que aquello que funciona bien cuanto menos se toque mejor.

Evidentemente, la Sostenibilidad del SNS no se puede expresar en tan pocas líneas, muchas son las cuestiones a debatir que quedan en el tintero, tiempo habrá de irlas desgranando, pero quede claro que cualquier cambio que se pretenda hacer a espaldas de los profesionales, con criterios economicistas, e impuesto, estará condenado al fracaso.

*Presidente del Colegio Oficial de Médicos De Pontevedra