Cuando el fondo de rescate bancario, el FROB, eligió a Banco Sabadell para adjudicarle el Gallego recién nacionalizado, hace casi un año, sus máximos responsables defendieron su apuesta por Galicia. El grupo financiero de capital catalán concluyó el pasado 17 de marzo la integración tecnológica del Gallego y actualizó la imagen corporativa de sus 145 oficinas con la marca SabadellGallego. Tiene una cuota de mercado del 7%, 210.000 clientes en Galicia y gestiona un volumen de negocio de 4.200 millones de euros.

El presidente del grupo, Josep Oliu, viajó ayer a A Coruña, tras una reunión en Vigo con empresarios, para asistir a la reunión fundacional del consejo consultivo de su filial gallega, para el que la entidad fichó a seis empresarios de diversos sectores. Destacan el vigués José Silveira Cañizares, presidente del grupo NosaTerra; el ourensano Emilio Pérez Nieto, del grupo Pérez Rumbao y presidente de la Asociación Gallega de la Empresa Familiar; y el lucense José Luis Díaz Varela, presidente del grupo químico Indukern y afincado en Cataluña.

La lista de emprearios gallegos se completa con José Fariña Varela, presidente de Mutua Gallega; el presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña, Marcelo Castro-Rial, y Manuel Añón, propietario de Hieros Añón, y uno de los principales accionistas gallegos que tuvo Novagalicia hasta que el fondo de rescate los desalojó del accionariado a cambio del rescate europeo, a finales de 2012.

Por parte del banco estarán Oliu, el consejero director de Banco Sabadell, José Luis Negro; el presidente de SabadellUrquijo, Francisco Vallejo; y el director general de SabadellGallego, Pablo Junceda..

El consejo consultivo del SabadellGallego, similar al que el grupo catalán creó en Asturias, País Vasco o Valencia. tras absorber Banco Herrero, el Guipuzcoano o la CAM, se reunirá periódicamente para asesorar a la entidad sobre las decisiones estratégicas que tome en Galicia, aunque no tendrá capacidad ejecutiva.

La intención de la entidad presidida por Oliu con este consejo asesor es tener un contacto más directo con la sociedad gallega y sobre todo con sus agentes económicos.