Durante los dos últimos meses, Galicia experimentó una sucesión continua de alertas meteorológicas, temporales, ciclogénesis explosivas y una lluvia que dejó una sensación térmica desagradable. Miles de ciudadanos, sin embargo, no se pudieron permitir encender la calefacción o una estufa para quitarse la humedad de los huesos debido a su precaria situación económica. La crisis ha situado en el debate público el término pobreza energética y su incremento ha forzado a la Xunta a estudiar la creación de un bono social para ayudar a las familias incapaces de pagar el recibo de la luz.

La Consellería de Economía reconoce que sondea la posibilidad de "habilitar alguna ayuda en concepto de subsidio eléctrico social", aunque el proyecto está todavía en fase iniciática y se encuentra a la espera de que el Gobierno central defina "claramente los parámetros que serán necesarios cumplir para que un consumidor eléctrico tenga la consideración de consumidor vulnerable", dentro del desarrollo de la nueva ley eléctrica, que pretende aplicar medidas específicas para este colectivo.

El departamento de Francisco Conde ha revelado esta iniciativa en una respuesta parlamentaria a la que ha tenido acceso FARO y en la que se muestra "consciente" de la existencia de la "pobreza energética", por la que entiende la situación de un hogar sin dinero "para pagar una cantidad suficiente de energía que permita cubrir las necesidades básicas o cuando se destina una parte excesiva de los ingresos familiares al pago de la factura energética". Las cifras revelan un problema que antes de la crisis afectaba a una pequeña parte de la población.

En Galicia son ya 219.595 hogares los que carecen de una "temperatura adecuada", según los datos de la Enquisa de condicións de vida das familias del Instituto Galego de Estatística. Se trata de 23.044 más que en 2011, únicos ejercicios en que se ha medido esta magnitud. Casi un 12% más en apenas doce meses. Estas cifras indican que uno de cada cinco gallegos padece frío en su propia casa porque no puede pagar la factura de la luz o del gas. En concreto, son 545.365 ciudadanos los que padecen esta falta de recursos, 81.005 más que en 2011.

Economía alega en su respuesta a una pregunta de Alternativa Galega de Esquerda que "no ignora este gravísimo problema", lo que ha forzado que se piense aplicar esta medida, que sería complementaria del bono estatal.

La pobreza creciente generada por la crisis ha desbordado las previsiones de la Xunta, que se ha visto obligada a incrementar la Risga de manera continua. Este cheque social para llegar a fin de mes, que roza los 400 euros de media y que la Consellería de Traballo e Benestar ha reformado para que sea compatible con algún trabajo esporádico, beneficiaba a 6.497 personas en 2008, cuando se inició la crisis. Los últimos datos muestran que ya se superan las 8.500.

Esta imparable demanda obligó al Ejecutivo gallego a elevar de 23,7 millones de euros en 2012 a 39,7 este ejercicio la dotación de este subsidio. Economía aún no ha decidido cómo dotará ni con cuánto el nuevo bono social para paliar la pobreza energética.