Fe en la justicia. Eso es lo que le reclamó el juez que investiga el accidente de tren en Angrois, a las afueras de Santiago, en el que fallecieron 79 personas a las víctimas del siniestro y sus familiares, que exigen el esclarecimiento de las causas de la mayor tragedia ferroviaria en décadas en España y por la que únicamente está imputado el maquinista del Alvia Francisco José Garzón.

El presidente de la Asociación de Perjudicados por el siniestro (Apafas), Cristóbal González, mantuvo una reunión ayer de dos horas y media con Aláez y el fiscal del caso, Antonio Roma, en los juzgados de Santiago, donde les entregó una carta. "Lo que me transmiten los dos es confianza". "Las investigaciones siguen adelante, el proceso está abierto, no hay nada cerrado", indicó sobre un proceso en el que confía se produzcan más imputaciones.

Tanto esta asociación como la Plataforma de Víctimas Alvia 01455 consideran que no solo Garzón es culpable. "Pensar que la única responsabilidad es la del maquinista está fuera de lugar. Hay más responsabilidades. No se puede dejar una máquina de esa magnitud en manos únicamente de una persona (...) Tiene que haber medidas que controlen que ese tren está llevando la velocidad adecuada", añadió.

Su discurso casa con el duro auto firmado la semana pasada por Aláez, en el que acusa a los responsables de Adif durante el Gobierno socialista de modificar el trayecto y "poner en riesgo miles de personas" por razones "comerciales". De hecho, en su misiva a Aláez, González pide "que se investigue a fondo esta tragedia". "Tenemos derecho a conocer toda la verdad, consecuencia de ello depurar las responsabilidades, tomar las medidas para que un accidente así no ocurra más", añadió. La Plataforma Alvia 01455 también pide "no más mentiras" y recuerdan que fue el ministro de Fomento José Blanco (PSOE) el que autorizó la modificación del trazado en A Grandeira, donde los trenes afrontan una difícil curva con una gran deceleración. El juez también reprochó al actual Ejecutivo del PP no haber corregido esa situación.

González realizó estas declaraciones a su llegada a Santiago tras realizar el camino de Santiago que frustró el accidente del pasado 24 de julio. Había partido de Sevilla, pero en Puebla de Sanabria tomó el Alvia que cubría la ruta Madrid-Galicia para llegar la noche grande de Compostela a la ciudad. El accidente se cruzó en su camino. Ayer no solo aprovechó para reunirse con el juez del caso, sino también para visitar la curva de Angrois y realizar allí una pequeña ofrenda floral, saldando así su peregrinación pendiente.

Sobre este proceso le preguntaron también ayer el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalez Ferre, tras ser abordado por la prensa en unas jornadas sobre contabilidad pública. El responsable eludió responder sobre el duro auto de Aláez en que critica a Adif por rebajar la seguridad en favor de razones comerciales. "De los autos judiciales no comenté nunca nada y de este tampoco. Respetar la actuación de la justicia, que es una actuación muy difícil, y estar a lo que nos pida el juez y entregarle toda la documentación que quiera", declaró.

También se refirió a este caso el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que eludió opinar sobre el auto de Aláez.