La aplicación del copago a los pacientes con enfermedades graves y crónicas cuyos fármacos los dispensan los hospitales ha partido al PP por la mitad. Mientras comunidades en manos populares se rebelan contra esta medida, otras, como el caso de Galicia, la implantará y cobrará el correspondiente porcentaje a los pacientes. Ayer mismo lo ratificó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, si bien no puso fecha porque primero el Sergas debe resolver el método de facturación de este copago. Y en contra de esta medida está nada menos que la presidenta de Castilla-La Mancha y números dos del PP nacional, María Dolores de Cospedal, que ayer aseguró que su gobierno asumirá en "exclusiva" el copago de los fármacos hospitalarios y que no repercutirá ni un solo euro a los enfermos.

Es toda una sorpresa que la secretaria general del PP se salga de la línea que impone el Gobierno central. Para no mostrar una ruptura total con las directrices del Ministerio de Sanidad, De Cospedal aseguró que aplicará el copago, pero que será la Junta de Castilla-La Mancha quien asuma el coste y no los pacientes. "Yo no le voy a pedir a ningún ciudadano con una enfermedad grave que ayude al pago, aunque solo sea con cuatro euros, así que lo pagará exclusivamente la Junta", comentó la presidenta manchega.

Con su fórmula, quiso precisar De Cospedal, cumple con las leyes del Gobierno, pero también "con la obligación de cuidar a las personas de la región".

Otras tres comunidades del PP también se rebelan contra la medida del Ministerio de Sanidad. Son Baleares, Castilla y León y Extremadura. Las dos primeras tan solo ha manifestado su oposición y de momento no han aplicado el copago, mientras que Extremadura, al igual que Navarra, ha optado por cobrar el copago y luego devolver el dinero a los pacientes. También se niegan a implantar la medida Canarias, Andalucía, Cataluña, País Vasco y Asturias -además, Andalucía recurrió la medida en el Constitucional y País Vasco y Canarias anunciaron que también lo harán-.

Y el resto de la comunidades tiene intención de aplicar el copago hospitalario una vez que lo hagan el resto y se resuelvan los problemas técnicos de facturación. En este grupo figura Galicia. Tras el Consello, Núñez Feijóo aseguró que la Xunta cumplirá la ley y destacó que los gobernantes deben obedecer las normas aprobadas "con independencia de la opinión" que le merezcan las mismas.

El presidente de0 la Xunta recordó que hasta hace poco algunos de los fármacos oncológicos o contra el sida se vendían en farmacia y que al pasarlos a dispensación hospitalaria no se tiene por qué modificar el régimen de "aportación reducida". "El pago tiene que ser equitativo, ya sea en la farmacia hospitalaria o en la farmacia de la calle", comentó Feijóo.

Afección

El copago hospitalario debería comenzar a aplicarse este mes y afecta a 157 presentaciones farmacológicas de 50 medicamentos que se recetan a pacientes con enfermedades graves y crónicas como cáncer, hepatitis, VIH o artritis. Hasta ahora, estas medicinas se distribuyen solo en las farmacias de los hospitales y resultan gratuitas para los pacientes, tanto si están ingresado como si siguen el tratamiento desde sus domicilios.

Pero el Ministerio de Sanidad quieren que se paguen por ellas. Como norma general, los pacientes tienen que pagar el 10% de su coste, con un tope de 4,20 euros por envase. Pero, como ayer recordó Feijóo, el nuevo sistema no afectará, y por tanto no tendrán que pagar nada, a los parados y ciudadanos con pensiones no contributivas. Y para los jubilados el límite de copago está en 8, 18 o 60 euros mensuales en función de su nivel de renta, contando también las medicinas que puedan adquirir en las farmacias ordinarias.

Ante la tardanza en aplicar este copago por parte de las autonomías, el Ministerio de Sanidade advirtió aún esta semana formalmente a todas las comunidades que deben aplicarlo porque está recogido por ley y que el plazo acaba este mes.