No fue producto de un sueño. Muchos gallegos se veían inmersos esta madrugada en una especia de diluvio universal. Las previsiones se cumplieron casi a la perfección. A partir de medianoche comenzaba el temporal. Lluvias persistentes e importantes rachas de viento eran el preludio de una granizada que dejó "pedruscos" de más de dos centímetros en diferentes puntos de la provincia de Pontevedra y del norte de Portugal.

Vigo era una de las localidades más afectadas. Las importantes rachas de vientos provocaban la caída de árboles y contenedores. Leve recuerdo a "Dirk", que pasó la Nochebuena en Galicia y dañó a varios vehículos en la ciudad olívica. Lo mismo ocurrió esta madrugada. Además, los Bomberos tuvieron una noche intensa. Se registró un incendio en un cuadro de contadores y se produjeron inundaciones en algunas viviendas cercanas a la costa. La fuerza del viento también se dejó notar en persianas, tejados o diferentes inmuebles de Vigo.

En Pontevedra lo más destacado fue la intensa granizada que cayó alrededor de las dos de la madrugada. Los "pedruscos", superior al tamaño de pelotas de pin pon, ocasionaron importantes daños en los vehículos que se encontraban estacionados en la ciudad del Lérez.

Dormir se convertía prácticamente una misión imposible. Los gallegos cogían sus dispositivos electrónicos para documentar lo que algunos denominaban "la tormenta perfecta". El granizo ya no estaba solo. Los rayos iluminaban la oscuridad. MeteoGalicia informa en su web que desde la una de la madrugaba se contabilizaban más de 600 estruendos, la mayoría de ellos en los municipios cercanos al océano Atlántico.

Esta mañana persiste el mal tiempo. No con la intensidad de la pasada madrugada, pero se puede ver que lo acaecido en las últimas horas no fue fruto de un mal sueño, de una pesadilla. De hecho, el litoral gallego seguirá en alerta naranja por viento fuerte y por olas de seis a ocho metros de altura.