Once años depués de la marea negra del Prestige el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, entona el mea culpa. Aunque sacó pecho con la sentencia que exime de cualquier responsabilidad penal al Gobierno, en la figura del exdirector de la Marina Mercante José Luis López-Sors, el único cargo público imputado, Aznar reconoció algunos de los errores que durante la gestión de la crisis cometió su Ejecutivo. A la falta de medios para afrontar la catástrofe medioambiental que reconoció a las pocas semanas del hundimiento del viejo monocasco a 128 millas de Fisterra, se suma la tardanza a la hora de poner en marcha el dispositivo de emergencias marítimo. "A lo mejor al principio hubo cierta tardanza en reaccionar, aunque luego las cosas se hicieron razonablemente bien", reflexionó ayer Aznar en declaraciones a Onda Cero.

"La sentencia del Prestige demuestra que nosotros no hundimos el barco". Con estas palabras Aznar se refiere a la sentencia de la Audiencia de A Coruña, que define como "esclarecedora". "Queda al desnudo aquella operación de manipulación gigantesca" llevada a cabo por el "radicalismo",según apuntó el expresidente del Gobierno en referencia a las manifestaciones en las que la oposición responsabilizaba al Ejecutivo del alcance del vertido.

"Un todo vale"

Aznar criticó además la "gigantesca" operación de manipulación emprendida entonces por los más radicales: "Se intentó una operación de manipulación, un todo vale con tal de hundir al Gobierno. Era una operación para destruir el centro-derecha"."Ahí se intentó una operación muy clara de manipulación: si un barco se parte en el mar pues la culpa la tiene el Gobierno y si caen cuatro rayos, la culpa la tiene el Gobierno, y sobre eso se hace una manifestación de radicalismo verdaderamente inaceptable", añadió.

El presidente de honor del PP concluyó que la sentencia exonera a su Ejecutivo: "Hay alguien que está en plena forma (el juez) que ha escrito que nosotros no hundimos el barco". El juez condenó a 9 meses de prisión al capitán del barco por un delito de desobediencia y consideró que no hay responsabilidad penal en los otros dos acusados, el jefe de máquinas y el director general de la Marina Mercante.