Alternativa Galega de Esquerda cerró ayer el primer capítulo de la crisis interna desatada por el caso de su diputado en Dinamarca. David Fernández Calviño, que se incorporó el pasado día 1 a un puesto como investigador en edafología en la universidad de Copenhague, renunciará a su acta en la Cámara autonómica a partir del 30 de este mes, según anunció el portavoz de AGE, Xosé Manuel Beiras.

El puesto de Calviño será ocupado por Carmen Iglesias Sueiro, número 2 de la lista por Ourense y miembro de Esquerda Unida-Izquierda Unida. La polémica estalló cuando esta se negó a ceder su puesto a la número 3 y así mantener el equilibrio interno en el grupo parlamentario, pues Calviño sería así sustituido por otra militante de Anova, la otra pata de la coalición AGE. Pese a las presiones, Iglesias tomará posesión del puesto tras negar tener conocimiento sobre un acuerdo entre ambas formaciones para mantener el reparto de fuerzas. 5 asientos para EU y 4 para Anova.

La cúpula de Esquerda Unida envió ayer un burofax a Iglesias con un ultimátum: dispone de 48 horas para anunciar que no tomará posesión del escaño. Si no lo hace, se le abrirá un expediente sancionador y será suspendida cautelarmente de militancia por no poner su cargo a disposición de la formación, como recogen sus estatutos. La número dos de la lista ya anunció que sí tomará posesión del acta, por lo que pasaría a integrar el grupo mixto, inédito en la Cámara desde la legislatura 1997- 2001. AGE perdería así un asiento y quedaría con 8 actas, 5 en manos de EU y 3 en las de Anova.

Iglesias tendría el mismo turno de palabra que el resto de grupos, por lo que intervendría también en la sesión de control junto a los portavoces de PSdeG, AGE y BNG. El servicio de comunicación del Parlamento no pudo concretar ayer si recibiría la asignación económica que corresponde a cada grupo ante la falta de precedentes cercanos. Si así fuese, y de acuerdo con las normas retributivas de la Cámara, le corresponderían 11.800 euros mensuales más 5.898 para contratar personal.

Según el reglamento del Parlamento, una vez tome posesión de su acta de diputada, Iglesias dispondría de cinco días para integrarse en AGE. Si no lo hace, pasará al grupo mixto, pero en cada período de sesiones podrá revertir esa situación. Hace unos días, propuso a AGE ocupar ese asiento dos años y cederlo a Anova el último año de la legislatura.

Beiras, que compareció ante la prensa en solitario y no con Calviño y la líder de EU, Yolanda Díaz, como había anunciado, se negó a explicar si AGE integraría a Iglesias. "Puede suceder que cumpla el acuerdo, creo en la capacidad de rectificación", respondió antes del ultimátum de EU y de desmentir la versión de Iglesias sobre su desconocimiento de los acuerdos internos, pues "participó en las negociaciones para formar la coalición".

Tras tres semanas de polémica, AGE resolvió el "problema" con la solución que en un principio quería evitar. Con una escasa dosis de autocrítica, Beiras, que no acudió a la sesión de control, denunció el "acoso mediático terrorífico" para "desprestigiar" a AGE que desencadenó la renuncia de Calviño y defendió la legalidad de compatibilizar escaño y puesto en Dinamarca. Hace unos días alegó que cualquier punto de la UE "está a dos horas" de avión, pero ayer reconoció como "insostenible" que Calviño compaginase ambos trabajos "a 2.000 kilómetros".

El aún diputado también solucionó sus problemas por incompatibilidad y presentó un escrito a la Mesa de la Cámara para que, desde el pasado día 1, se le retire la dedicación exclusiva, por lo que cobrará 2.349 euros este mes y no 4.800.

El caso Calviño salió también ayer a colación durante la sesión de control. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aprovechó una referencia a la emigración a Dinamarca por parte de Yolanda Díaz y le espetó: "No estoy preocupado por Dinamarca, lo estoy por Ourense y el espectáculo de algunos políticos".