El presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, presentó hoy los presupuestos para 2014 ante el Parlamento, donde anunció que la institución alcanzará la deuda cero en 2018 y los portavoces de la oposición lo acusaron de "ocultismo" y "clientelismo".

Además, el portavoz socialista le pidió explicaciones por la financiación irregular del PPdeG, a raíz de las frecuentes declaraciones del que fue secretario de organización, Pablo Crespo, a lo que no respondió.

Louzán informó ante la comisión de Economía de la Cámara que los presupuestos para 2014 se elevarán a 146 millones de euros, un 1,7 por ciento menos que en el ejercicio actual, con una subida en la participación de los ingresos del Estado, pero una reducción mayor de los ingresos por tasas e impuestos.

Resaltó, además, que la Diputación no acudirá al crédito y destinará 14 millones a la amortización de la deuda. En este ámbito, agregó que 2013 se cerrará con una deuda de 68 millones, después de reducirla en 2012 en 20 millones y en el presente año en 24 millones, para situarla en menos del 40 por ciento de los recursos corrientes, de manera que en 2014 la carga financiera será un 28 por ciento menor.

De las grandes cifras, citó 20 millones para las políticas sociales y de empleo; 30 millones para los planes de inversión en los municipios; 14 millones para promoción cultural y educación y 2,4 millones para turismo.

Defendió la reforma de la administración, para lo que demandó diálogo y recuperar un consenso que fue posible -dijo- en otros tiempos, que es habitual en otros países y que los ciudadanos demandan, para lograr una administración más próxima, menos burocrática y que no se base en la confrontación de etiquetas políticas, sino en el debate de los programas, gobernando no desde arriba, sino en función de las necesidades de los ciudadanos, "que es lo que practicamos en la Diputación de Pontevedra", concluyó.

El socialista Abel Losada resaltó las malas cifras de la provincia y fue muy crítico con el ocultismo en la gestión, que dijo está orientada a favorecer las "redes clientelares". En este sentido, le demandó que utilizase las transferencias electrónicas y abandonase la política de entregar cheques con gran difusión mediática, que consideró propia de repúblicas bananeras y más parecida a la sopa boba de los conventos.

Losada preguntó a Louzán por su presunta vinculación con la financiación irregular en el PPdeG, a raíz de las declaraciones en este sentido del que fue secretario de organización del partido Pablo Crespo cuando el presidente de la diputación tenía el mismo cargo en la organización en Pontevedra y que posteriormente, y hasta la actualidad, preside.

Siendo ambos secretarios de organización al mismo tiempo y Louzán presidente durante otros tres años mientras Crespo mantenía sus responsabilidades organizativas, Losada dijo que "alguna relación existiría", por lo que consideró que era "precisa una explicación razonable".

También criticó que los presupuestos de la Diputación lleguen a un 30 por ciento de modificaciones y que, entre 2009 y 2013, haya aumentado el gasto de personal en un 28,5 por ciento y los gastos corrientes en un 11,5 por ciento, mientras que las inversiones se redujeron en un 54 por ciento.

El portavoz de AGE Juan Manuel Fajardo insistió también en el "ocultismo" en la gestión como una "práctica habitual" y preguntó por el coste de la Vuelta a España y el retorno de su presencia en la provincia. También preguntó porqué las inversiones importantes terminan duplicándose cuando concluyen, e incluso triplicándose, como en el caso de las Pousadas, que aún no han entrado en funcionamiento, o la reforma de Pasarón, una "desviación habitual de la que nadie se hace responsable".

Rechazó asimismo las "entregas de dinero" con foto y rueda de prensa y el "reparto clientelar" de partidas, en función también del color político, para lo que puso el ejemplo de su municipio, Vilagarcía, que no participó en el reparto de inversiones hasta que el PP llegó al Gobierno local.

Fajardo puso como ejemplo de gastos irregulares el de parques infantiles de corcho, que suministra una empresa radicada fuera de la provincia y en cuyo catálogo figuran precios inferiores a los que después aparecen en los gastos de la Diputación.

Daniel Rodas, del BNG, rechazó la "parodia de mano tendida", cuando el PP está planteando la reforma de la administración sin apoyo de ningún otro partido, salvo PNV y UPN, para blindar su régimen foral, y acusó a Louzán de autobombo y presidencialismo.

Recordó que el actual es presidente de la Diputación desde 2003 y criticó que en ese período la inversión en los municipios pasó del 20 al 2,5 por ciento, mientras aumentaron los gastos en propaganda y el "pesebre" a la prensa y se reparten chqeues a clubes y asociaciones de dudosa actuación, para "tejer una red clientelar". "Usted, concluyó, preside un cacicato al servicio únicamente del PP".

El portavoz del PPdeG, Alejandro Gómez, por su parte defendió las diputaciones como "órganos básicos" y de carácter democrático y subrayó que la austeridad no es suprimirlas, sino, como hizo Núñez Feijóo -dijo-, pasar de 52 a 5 delegaciones o que la misma Consellería que en el bipartito gastaba 20 millones en publicidad, ahora gaste 10 millones.

Aunque Louzán en su turno de réplica no contestó a la referencia a las declaraciones de Pablo Crespo, sí lo hizo Gómez, y dijo que tanto él como el presidente de la Diputación alguna vez se sentaron con el que era secretario de organización, pero agregó que ningún dirigente del PP está imputado en el caso Bárcenas.

Sostuvo que la Diputación de Pontevedra es una de las instituciones más transparentes, la número 13 de 45, respondió a las preguntas sobre la Vuelta Ciclista en el sentido de que el coste fue de 1,1 millones y el retorno, de más de 2,6 millones, y concluyó con la petición a Rafael Louzán de que "no se esfuerce en explicar lo que los portavoces no quieren escuchar".

En su respuesta final, Louzán respondió a asuntos como el coste de la batea de la Vuelta Ciclista, que dijo que había sido nulo, y explicó que "no es bueno" que las Pousadas sean de gestión pública, para lo que señaló el ejemplo del Castillo de Sotomaior, que costaba 43 millones de pesetas al año y ahora supone un ingreso de 22 millones de las viejas pesetas y la concesionaria ha realizado inversiones por un millón de euros.

Respecto a la entrega de cheques, comentó que se trata de una práctica que no le gusta, pero reconoció que la había aprendido del conselleiro socialista Francisco Sineiro.

Sostuvo que ya se está cambiando y concluyó que "hay cosas malas de otros partidos que no debemos copiar".

Finalmente, defendió las modificaciones presupuestarias, como hace el Ayuntamiento de Vigo, y preguntó si era mejor el caso de Pontevedra, que no tiene presupuesto, para concluir con la acusación al partido socialista de difamar y mentir.