La emancipación constituye una quimera para miles de jóvenes gallegos, que han visto cómo la crisis económica ha frustrado su intento de abandonar el hogar familiar. En la actualidad, tan solo el 21,6% de los menores de 30 años reside en su propio domicilio, una cifra que se ha reducido un 50% desde el inicio de la crisis, cuando alcanzaba el 39,7%. En 2009, 99.549 gallegos de esta franja de edad se habían independizado, dato que ahora se ha desplomado hasta los 78.630. Más de 20.000 jóvenes han tenido que volver a casa de sus padres o ni siquiera plantearse esa posibilidad debido a la recesión y a un paro juvenil del 37,3%.

Galicia se presenta así como la novena autonomía con el menor porcentaje de abandono del hogar familiar. El peor dato lo registran Castilla y León y Extremadura, ambas rondando el 20%, según la radiografía dibujada por el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España. Este ilustra una situación de difícil acceso a la vivienda para los menores de 30 años que viven en Galicia, que perciben de media, en el caso de quienes tienen trabajo (el 34,9%) un sueldo de 11.891 euros, no solo lejos de los 19.544 que consideran mínimos para poder adquirir un hogar en propiedad, sino los terceros más bajos de España, donde de media ingresan 13.659 euros anuales. Además, la emancipación es del 64,9% entre los 30 y los 34 años, la segunda más baja de España.

A pesar de ello, el dinero que las parejas jóvenes dedican a la compra de una vivienda supone el 29,8% de sus ingresos mensuales, un porcentaje diez puntos inferior a la media estatal debido "a unos precios en Galicia de compraventa y alquiler más asequibles y al mantenimiento de la capacidad adquisitiva de los hogares jóvenes". Los jóvenes están dispuestos a lanzarse a la compra de una casa si ganan al mes 2.002 euros y la vivienda debería costar como máximo 148.170 euros. En Galicia rebajan el precio a 120.000 euros para decidirse a pedir una hipoteca.

Eso sí, estas cifras dibujan una acceso viable a la propiedad para una pareja, puesto que comprar una vivienda para un menor de 30 años en solitario supondría dedicar el 49,3% de su salario a la hipoteca, porcentaje inferior al 53,3% de media estatal.

Si la alternativa es el alquiler, el precio máximo que se plantea una pareja gallega menor de 30 años para irse de casa de sus padres es de 491 euros de renta mensual, cifra que se reduce a 297 en el caso de un joven que viva solo.

Galicia mantiene una cifra de paro por debajo del porcentaje en el resto de España, lo que ha permitido, según este estudio, que sea la segunda comunidad con menos hogares jóvenes sin ninguno de sus miembros con trabajo (apenas el 30%, solo superada por Aragón), "factor que ha favorecido cierta estabilidad de la economía de los hogares jóvenes". Durante el segundo trimestre del año el 94% de los nuevos contratos tuvo carácter temporal en esta comunidad.