La atención mediática por el comportamiento de la EEB en España es directamente proporcional a las estadísticas con los casos positivos. Fueron muchos meses de bombardeo con la confirmación de focos constantemente, la reacción de los diferentes gobiernos hasta que el foco sobre el sector se apagó. Solo en 2008 se reabrió el debate con los primeros contagios probados en seres humanos. Precisamente por eso, porque el mal de las vacas locas parece cosa del pasado, ha pasado inadvertida la notificación de un caso en Galicia de la conocida como variante "atípica", todavía en estudio y de la que se sabe poco. Solo que no está relacionada con los piensos prohibidos.

La res estaba en una granja de Dozón, en la provincia de Pontevedra. El muestreo, según el Ministerio de Agricultura, se realizó en julio de 2012 y el mes siguiente llegó la confirmación. Con ella son ya cuatro los casos de la variante "atípica" localizados en España. En Castilla y León, Asturias y Extremadura.

Los organismos comunitarios para la seguridad alimentaria (ESFA) y de control y prevenciones (ECDC) sostienen que este tipo de EEB, especialmente el tipo L, tiene un "potencial zoonótico" -es decir, de transmisión de animales a personas- "considerable, similar o incluso superior al del agente de la EEB clásica". Por eso, Bruselas reclamaba en su reglamento publicado en junio de este año la importancia de seguir recogiendo más datos para controlar la incidencia.