Ocupa el decimocuarto lugar en la negra lista de incendios que suma Gondomar desde que arrancó el mes y se mostraba ingobernable al cierre de esta edición, tras haber arrasado al menos diez hectáreas de superficie forestal. Dos focos ubicados a unos 300 metros de distancia entre sí generaban las llamas pasadas las ocho de la tarde en la parroquia de Morgadáns, concretamente entre los barrios de Vilas y Camiño Branco. Vecinos de este último lugar salieron de sus casas alarmados ante el avance del fuego, que se situaba a doscientos metros de sus viviendas.

Pero finalmente, el incendio tomaba rumbo monte arriba y les permitía regresar a las casas resignados a perder en apenas unas horas el paraje natural que les rodea.

Brigadas y vehículos de la Xunta, así como varias dotaciones de bomberos trataban de controlar el cordón de fuego en una parroquia ya castigada por las llamas en la zona de San José de Prado el pasado día 8. Indignado por la acción de los pirómanos, el presidente de la Entidade Local Menor de Morgadáns, Urbano Esmerode, pedía vigilancia a las administraciones para evitar que la oleada continúe tiñendo de negro el municipio gondomareño.

A pocos kilómetros de allí, efectivos de Medio Rural refrescaban el monte de la parroquia de Malvas, en Tui. El fuego amenazó de nuevo el parque natural del Monte Aloia en torno a las cuatro de la tarde y la Xunta lo dio por controlado a las seis y media. Participaron en su extinción un técnico, tres agentes forestales, seis brigadas, cuatro vehículos motobomba, dos palas, un helicóptero y un hidroavión. La superficie forestal finalmente calcinada todavía se desconocía anoche.