Un pastor de 74 años de edad y vecino del barrio de Bonabal, en la parroquia de Burgueira (Oia), fue detenido ayer por la mañana por efectivos de la Guardia Civil como presunto autor de uno de los incendios más graves registrados este verano que afectó a los montes de Oia y O Rosal. Tras declarar durante casi tres horas y media ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Tui, Antonio Rodríguez Giráldez quedó en libertad con cargos, imputado por un supuesto delito de incendio con peligro para la integridad de las personas, como recoge el artículo 352 del Código Penal. La pena de prisión es de diez a veinte años y la multa de doce a 24 meses.

El detenido, que defendió su inocencia, está acusado de ser el responsable de un incendio registrado el pasado 26 de agosto en el que ardieron 1.850 hectáreas, el mayor registrado en la provincia de Pontevedra, y que puso en riesgo varios núcleos de población, obligando incluso a desalojar viviendas. Las llamas estuvieron cerca además de varios depósitos de gas. Ante la magnitud del fuego y su peligrosidad la Xunta mantuvo activo varios días el nivel 1 de alerta.

Aunque el presunto incendiario quedó en libertad deberá presentarse los días uno y quince de cada mes ante el juez. La Fiscalía pidió insistentemente su ingreso provisional en prisión, según explicó el propio abogado del detenido, lo que alargó la presencia del imputado en las dependencias judiciales hasta las cinco menos cuarto de la tarde, hora en la que salió acompañado por la Guardia Civil y con la cabeza cubierta por una chaqueta.

Rebaño de ovejas

El hombre, conocido como Antonio "o pastor", carece de antecedentes, se ha dedicado siempre a la cría de ganado y en la actualidad tiene un rebaño de 160 ovejas. Está casado y tiene dos hijos, uno de los cuales, del mismo nombre, ya declaró el pasado día 5 de septiembre ante el Juzgado Número 2 de Tui, al igual que lo hizo Camilo González Giráldez, concejal de Urbanismo de Oia y pariente del detenido. Además, varios vecinos aportaron distintas declaraciones al juzgado.

Algunos de sus vecinos explicaron al juez que el ganadero se vio favorecido por el gran incendio que comenzó el pasado 26 de agosto y no se dio por extinguido hasta una semana después, el 1 de septiembre. En ese tiempo las llamas calcinaron 1.850 hectáreas de monte, de las que casi 1.500 fueron de superficie arbolada y más de 300 hectáreas de monte raso. Según la teoría que expusieron los vecinos, al incendiarse la masa arbolada, nace la hierba buena para el pastoreo.

En todo caso, ninguna persona vio al imputado en el lugar del incendio, aunque sí le vieron a poca distancia, en un terreno de su propiedad donde guarda el ganado. Allí estuvo con Camilo González Giráldez, según explica el abogado.

El imputado está medicándose por diversas dolencias, entre ellas por depresión. Durante su declaración se palpaba el pecho con frecuencia, le costaba respirar y repetía que tenía depresión. Su declaración fue difícil de tomar, pues hablaba con frases entrecortadas y llegó a contradecirse en varias ocasiones, describe su letrado. Se notaba que estaba desconcertado y desorientado desde el momento de su detención, lo que puede ser también debido a un episodio de ansiedad.

El incendio que afectó a los concellos de Oia y O Rosal fue el más grande registrado en lo que va de verano en la provincia de Pontevedra y el segundo mayor de Galicia, tras el fuego registrado entre Cualedro y Monterrei (Ourense) en el que ardieron 2.000 hectáreas. En agosto se calcinaron en total en la comunidad gallega 7.633 hectáreas.