En su mayoría, las diputaciones gallegas se han apretado el cinturón para rebajar la factura de su propio funcionamiento, algo así como la gasolina que necesita la propia administración para funcionar.

Los recortes de gastos, sin embargo, se han aplicado en diferente medida. La de Lugo, la única dirigida por un socialista en coalición con el Bloque, es la que más ha aplicado la tijera con un recorte del 28,5%, casi tres veces más que el aplicado por el popular Rafael Louzán en Pontevedra, que reduce su gasto corriente un 10,2%. Por su parte, la de A Coruña, también en manos del PP, logra reducir esta partida un 14,1%.

La excepción en esta lista la protagoniza la diputación de Ourense, que preside José Manuel Baltar (PP). Esta elevó esta factura en medio millón de euros respecto a 2011 hasta rozar los 15 millones. Entre todas gastaron en este capítulo 72,8 millones en 2012 por 83,4 del año anterior.