Tampoco está claro el final de su vida. Hay biografías que sitúan su muerte en A Coruña, como prisionero en el Castillo de San Antón. Es la versión que ofrece Albert Sánchez Piñol, el autor de Victus. "Lo enterraron en mazmorras con aguas hasta el ombligo en Galicia", cuenta, y como resultado quedó paralítico de cintura para abajo. Otras biografías retrasan su fallecimiento y sostiene que tras la prisión de A Coruña recaló en el Alcázar de Segovia. Fue liberado, pero se quedó en la ciudad y falleció años más tarde.