La esperada puja por el AVE de Brasil se aplaza un año. Un día después de que las autoridades brasileñas confirmasen el aplazamiento de la adjudicación de la fase inicial del proyecto, la ministra de Fomento, Ana Pastor, calificó ayer de "buena noticia" la decisión ya que, adujo, "permite a las empresas españolas ganar tiempo para presentar sus ofertas". El nuevo calendario de licitación, acordado por Brasil a petición de los inversores españoles y alemanes en junio, supone un balón de oxígeno para la oferta española, que compite en una reñida puja en la que participan los principales países que desarrollan la alta velocidad, como Alemania, Francia y Japón.

El Consorcio español promovido por Fomento desvinculó ayer su solicitud del accidente del Alvia en Angrois tras recordar que la petición de aplazamiento se cursó un mes antes de este porque era "difícil", con el tiempo que quedaba disponible realizar un análisis "serio y profundo" de los riesgos, sobre todo de tipo financiero, que conlleva la concesión. Desde Brasil, el ministro de Transportes, César Borges, descartó hace dos semanas que el siniestro impidiese la participación de las empresas españolas,. Y es que el pliego de condiciones establece que no pueden optar los operadores que hayan sufrido accidentes mortales en un periodo de cinco años en una línea de alta velocidad, pero, según Fomento y el Gobierno brasileño, el tramo en el que ocurrió el descarrilamiento del Alvia "no es de alta velocidad"

Empresas interesadas en el proyecto del primer tren de alta velocidad de Iberoamérica, con un macrocontrato estimado en unos 13.000 millones de euros, se quejaron a las autoridades brasileñas de que un reciente cambio en los pliegos de condiciones, que modificaban el importe que deben pagar las compañías por desarrollar el servicio, beneficiaba a la propuesta francesa -encabezada por Alstom- ya que exigía al resto de ofertantes realizar una labor extra de búsqueda de avales y documentación.

Este aplazamiento en la licitación de la fase inicial del AVE carioca, de un total de 511 kilómetros de longitud, dará al Gobierno de Rajoy margen suficiente para tratar de acercar posiciones entre las dos ofertas españolas que pretendían competir por el proyecto de alta velocidad Río de Janeiro-São Paulo. El objetivo de Fomento era que las compañías españolas concurrieran por todos los medios juntas, tal y como ya había ocurrido con el concurso del AVE La Meca-Medina.

Pero al primer consorcio anunciado en mayo por Fomento, encabezado por Talgo, Elecnor y Cobra (ASC), con el apoyo como socios de Adif, Renfe e Ineco, se sumó la intención del grupo ferroviario CAF, histórico competidor de Talgo, de promover una oferta alternativa, también con sello español. Una situación que obligó a Renfe, Adif e Ineco a retirarse de la primera oferta para convertirse en subcontratistas de ambas. Este retraso en la fecha de presentación de ofertas modifica este escenario y da tiempo a Fomento para negociar con las empresas y tratar de presentar una única oferta.