Las autovías y autopistas titularidad de la Xunta perdieron de media unos 4.500 usuarios diarios en el último año debido a la crisis económica. En España la caída de los tráficos llevó ya a la quiebra a nueve concesionarias de estas vías, entre las que se encuentran las radiales de Madrid. Aunque en Galicia las empresas que gestionan y explotan estas infraestructuras no se encuentran en la misma situación, la Consellería de Medio Ambiente teme que si continúa descendiendo el volumen de usuarios su viabilidad se vea comprometida. Por esta razón, ha decidido anticiparse y encargar un estudio que analice los riesgos futuros y proponga alternativas al régimen concesional existente que permitan sostener estas infraestructuras.

En la comunidad autónoma hay dos autopistas de peaje que son titularidad de la Xunta y explota la empresa Autoestradas de Galicia (la AG-57 en el Val Miñor y la AG-55 entre A Coruña y Carballo). A mayores hay otras cuatro autovías, sometidas también a régimen de concesión por parte del Gobierno gallego, que son gratuitas para los usuarios. Se trata de la Autovía do Salnés, la Autovía do Barbanza, la Autovía entre Brión y Santiago y la que une Ourense con Celanova, que se inauguró este mismo año. A mayores se está ejecutando la Autovía da Costa da Morte, también mediante la misma fórmula concesional: una empresa construye y explota la infraestructura a cambio de un canon anual de la Administración autonómica.

Este canon, también llamado peaje en la sombra, está vinculado al número de usuarios de la vía. Si cae el tráfico, la empresa concesionaria recibe menos ingresos de la Xunta y podría ver comprometida su viabilidad económica y llegar al extremo de declararse en quiebra, como ya ocurrió con varias autopistas en España.

El problema es que el contrato de concesión de una determinada infraestructura se basa en una previsión de tráficos que permita a la empresa adjudicataria mantener un equilibrio económico, si esta cláusula no se cumple la Xunta tendrá que indemnizarla por las pérdidas. La quiebra de la concesionaria acarrearía, por lo tanto, un importante coste sobre las arcas autonómicas.

Esto es lo que quiere evitar la Consellería de Medio Ambiente y para ello acaba de contratar a una consultora, a la que pagará 60.000 euros, para que en el plazo de seis meses le presente un estudio sobre los posibles escenarios de futuro.

Desde el departamento que dirige Agustín Hernández aclaran que por el momento las concesionarias de autopistas y autovías en Galicia no tienen problemas económicos, pero avisan que los tráficos han caído y eso les obliga a buscar alternativas.

Esas fórmulas buscarían evitar la quiebra de las concesionarias y garantizar el servicio. Aunque ésa es la tarea que se ha encargado ahora a una consultora, desde Medio Ambiente adelantan que podrían analizarse opciones como rescatar la concesión o modificar el contrato con la empresa adjudicataria para ajustarlo a "una previsión de tráficos más realista".

Según el mapa de aforos que publica el Gobierno gallego, las autovías y autopistas de titularidad autonómica registraron una intensidad media de 60.107 vehículos al día durante el pasado año, un 6,8 por ciento menos que en 2011. Solo se libra de la caída en el tráfico la que une Santiago con Brión, donde aumentó en 678 sus usuarios diarios. Las que más vehículos perdieron fueron las de pago: la autoestrada A Coruña-Carballo registró un descenso del 18 por ciento y la del Val Miñor cayó un 14 por ciento.