-Un retornado que sume 11.200 euros entre las dos pensiones se le obliga a tributar y un pensionista que en España perciba 22.000 euros, no. ¿No le resulta paradójico?

-Esta es una de las cuestiones que planteamos en 2006 con motivo de la reforma del impuesto de la renta. Las autoridades de Hacienda nos explicaron entonces que los ingresos de trabajo por debajo de los 22.000 euros que proceden de un único pagador ya están retenidos hasta el nivel más o menos que les corresponde. Con lo cual si no presentaban la declaración había una pequeña pérdida impositiva. Pero cuando proceden de dos pagadores, lo normal es que los importes no estén sometidos a retención y en ese caso se producía una pérdida de ingresos para el Tesoro Público. Nosotros contraargumentamos que el problema de la recaudación española no iba a ser lo que se dejara de ingresar de unos pensionistas o trabajadores con un sueldo de mileuristas. La dirección del Ministerio no supo ponerse en la piel de estas familias y pensó más en la pérdida recaudatoria.