Novagalicia y el Etcheverría se dan de margen hasta el próximo 21 de junio para cerrar el acuerdo para la venta de 57 oficinas de la red exterior del banco nacionalizado a la que hasta hace muy poco fue una de sus principales participadas. Ambas confirmaron ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la operación adelantada por FARO. Las sucursales están ubicadas en León, Asturias, Madrid, Zaragoza, Toledo, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. A este paquete se sumarán además otras 9, también de fuera, y ubicadas en localidades pequeñas con horarios especiales. Que no abren durante toda la semana o solo a jornada parcial.

La oferta vinculante presentada por el Etcheverría en el concurso abierto hace "meses" por NCG para desinvertir en parte de su red -con la participación de "otras entidades financieras", según señala el banco presidido por José María Castellano, y entre las que, al menos, estuvieron Caja Rural de Zamora y el portugués BES- se convierte ahora en un contrato de exclusividad por el que las dos entidades se comprometen a no negociar con nadie más. Quedan "una serie de flecos", según confirman las dos partes, de los que derivarán el precio final de la operación, que "garantiza la continuidad de 150 empleos". El volumen de negocio traspasado es una incógnita.

El banco con sede en Betanzos reconoce que la adquisición de estas 66 oficinas le permite avanzar con mayor velocidad en su plan de crecimiento tras la entrada con la mayoría de capital y una inyección de recursos del venezolano Banesco, con el que preveía la apertura de 70 oficinas este mismo ejercicio. Por su parte, Novagalicia camina en su ajuste de tamaño obligado en el contrato firmado con Bruselas a cambio de los 5.400 millones de euros de su ayuda y no descarta más movimientos de este tipo próximamente. La entidad abrió ya el cuaderno de venta de EVO entre inversores interesados y mantiene otro proceso competitivo para deshacerse o externalizar su banco malo interno.