El Gobierno central y los barones regionales del PP se han dado un mes de plazo para intentar llegar a un consenso sobre el reparto asimétrico del nuevo déficit para cada autonomía para cuyo cálculo se utilizarán criterios objetivos. Este fue el único acuerdo concreto al que se llegó ayer en Madrid en la reunión que Mariano Rajoy mantuvo con sus líderes regionales para intentar aplacar la rebelión interna surgida desde que el Gobierno central decidió repartir a la carta un objetivo de déficit diferenciado para cada autonomía, que será del 1,2% del PIB para el conjunto de las administraciones autonómicas, medio punto más que el inicialmente previsto.

No hubo acercamiento entre los barones ni acuerdo cerrado para repartir el déficit porque llegaron con las posiciones muy marcadas y claramente enfrentadas entre los que rechazan de plano un déficit asimétrico, como Extremadura, Castilla y León o Madrid, o las que lo apoyan, como Valencia, Baleares o Murcia. Y se marcharon como habían llegado, sin cambiar ninguno de opinión. De hecho, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, resumió la reunión, de casi tres horas de duración, como el escenario en que todos se dijeron "cara a cara" lo que habían trasladado a través de los medios de comunicación en las últimas semanas.

¿Por qué esta lucha por el reparto del déficit? Porque señala el endeudamiento al que puede acceder cada comunidad y eso establece que se tengan que hacer más o menos recortes en sus presupuestos. Las que incumplieron el objetivo de déficit en 2012 quieren para este año un margen mayor porque así podrán reducir el impacto de sus recortes, que de lo contrario sería más acusados, y el resto considera que de ser así, se estaría "premiando" a quienes no supieron controlar sus gastos. Además, algunos barones temen que el Gobierno dé un trato preferente a Cataluña para frenar su escalada soberanista.

Al no ceder ninguno en sus postulados, Rajoy ha pedido un mes de margen para seguir negociando, tarea que llevará el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que también acudió a la reunión. Tiene de plazo hasta la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera, que se celebrará a finales de junio o principios de julio.

El nuevo reparto se hará en base a criterios objetivos y económicos y, a petición de los presidentes regionales del PP, Hacienda buscará fórmulas para compensar a las comunidades que han cumplido con sus objetivos déficit en 2012. Pero todo ello está pendiente de decidir y ahora será Montoro el que empiece a negociar por separado con cada autonomía para ir acercando posturas. Se sabe, también, que ningún territorio podrá tener un déficit superior al 1,5%. En todo caso, para evitar suspicacias, Rajoy aseguró a los barones que el Gobierno no ha negociado nada con Cataluña ni le dará un trato de favor.

La medida de cómo bajan de revueltas las aguas en el PP la dieron Monago y el presidente de Valencia, Alberto Fabra. El extremeño advirtió que el déficit asimétrico "abona el incumplimiento" de los objetivos de cada comunidad, a lo que el valenciano respondió que acudía a la cita "arremangado" para defender lo contrario. Y Monago le dio la réplica poco después: "Algunos deberían leerse un libro de 169 artículos. Se llama Constitución y allí se habla del principio de solidaridad". Y la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, también aludió a las disensiones internas del PP al declarar que fue un "intercambio de opiniones no coincidentes".

Por su parte, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sostuvo que si el Estado repartiera al 50% con las comunidades el margen que ha dado la UE a España para el cumplimiento del objetivo de déficit, "todas" las autonomías se verían "razonablemente satisfechas en sus peticiones".

La reunión se produjo un día antes de que la UE ratifique la relajación del déficit para España y en medio de la tormenta protagonizada por Aznar al cuestionar con dureza la política económica del Gobierno de Rajoy y amagar con volver a la política.