La campaña de control realizada el pasado año por la Consellería Facenda sobre el Impuesto de Sucesiones y Donaciones ha permitido a la Xunta ingresar en las arcas autonómicas 60 millones de euros adicionales con respecto a las previsiones recogidas en los presupuestos. De los 153 millones calculados inicialmente, el año 2012 se cerró con una recaudación superior a los 213 millones, lo que supone un incremento del 39%. El mayor control ejercido sobre este impuesto, comprobando que los herederos realmente pagan la cantidad que le corresponde sobre el valor de los bienes que reciben, ha llevado a que el de Sucesiones y Donaciones sea uno de los pocos impuestos en los que la recaudación superó las estimaciones oficiales.

Y no solo eso, sino que además estos ingresos adicionales permitieron a la Xunta compensar la bajada que se registró en otros impuestos autonómicos, en los que la liquidación definitiva a final de año salió por debajo de las previsiones.

Varias son las razones que explican esta evolución del impuesto que grava las herencias. Se trata de un tributo bastante impredecible, en el sentido de que resulta complicado pronosticar su comportamiento pues depende los fallecimientos y, en consecuencia, de las herencias asociadas y su valor, pero ha influido sobre todo el plan específico de la Xunta para comprobar que todas las personas pagan lo que le corresponde en realidad.

"En el Impuesto de Sucesiones y Donaciones hay un incremento que responde fundamentalmente al plan especial de comprobación que finalizó en el año 2012. Las comprobaciones se centraron en este impuesto, obteniéndose resultados muy positivos", explica la Consellería de Facenda.

Sin embargo, otros tributos no funcionaron tan bien. Es el caso del de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Entre los dos han registrado una caída de la recaudación de 77 millones de euros, un 25% menos. Facenda contaba con ingresar 158 millones por el de transmisiones inter vivos, pero al final apenas se superaron los 126 millones. Y en el Actos Jurídicos Documentados, se preveían 141 millones, que al final fueron casi 98.

"El número de autoliquidaciones presentadas se mantuvo en los mismos niveles que en el ejercicio 2011, pero bajó su importe medio, de 709 a 591 euros, por el ajuste de los precios en el mercado inmobiliario de la vivienda nueva y usada", argumenta la Consellería de Facenda. Bajó el precio de los pisos y, en consecuencia, también el importe del tributo que se paga por cada operación de compra-venta.

Otro impuesto que experimentó una sensible reducción en su recaudación es el que afecta a la explotación de las máquinas recreativas. La recaudación cayó hasta los 53 millones de euros, 16 por debajo de las previsiones. El motivo no es otro que la reducción del número de tragaperras instaladas en la comunidad.

También mermaron finalmente las transferencias procedentes del Estado por la recaudación del IRPF, el IVA y los impuestos especiales. De una previsión inicial de 4.262 millones de euros con que contaba la Xunta, al final el Gobierno central entregó a la comunidad gallega 4.081 millones, que compensó recurriendo al endeudamiento y con un mayor ahorro en el gasto farmacéutico.