El PSdeG será el único partido de la oposición que se sentará con el PP a abordar la reforma de la ley electoral gallega, pero con unas condiciones que anticipan un desencuentro sobre el objetivo irrenunciable de estos últimos: reducir el número de escaños de 75 a 61. Los socialistas están dispuestos a "mejorar lo que no funciona bien" en la Cámara, pero no a disminuir el número de diputados, que "no es una fórmula ni una solución".

El secretario xeral del PSdeG, Pachi Vázquez, alertó ayer de que "existen precedentes históricos en toda Europa de que cuando alguien decide menos democracia, es la antesala de algo negativo". El líder socialista, sin embargo, sí se mostró partidario de reformar el Parlamento, un órgano que, en su opinión, "está viejo, anquilosado y lento".

Entre estas reformas se incluye la referente al salario de los diputados, que perciben al año alrededor de 30.000 euros para gastos libres de impuestos, más de la mitad de sus retribuciones. El presidente de la Xunta, el popular Alberto Núñez Feijóo, ya se ha mostrado a favor de que los diputados tributen al fisco por todo lo que cobran. Vázquez está de acuerdo. "Me parece perfecto, yo quiero ser un trabajador", indicó ayer en un acto conjunto con el líder de Comisiones Obreras, Xosé Manuel Sánchez Aguión.

Desde el PP, que aprobará incluso en solitario la reducción de diputados, saludaron la postura socialista de sentarse a dialogar tras el boicot de AGE y BNG. El secretario xeral del PP y vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, considera un "avance" las declaraciones de Vázquez y censura al resto de la oposición por "decir que no se quiere hablar".

Por su parte, el BNG registró ayer una proposición para reformar la ley electoral, informa Europa Press, en la que mantiene los 75 diputados actuales, pero propone eliminar el mínimo de 10 diputados por provincia para "dotar de mayor proporcionalidad" a la Cámara y evitar "evidentes distorsiones".