Unos prefieren invertir en propiedades y otros ahorrar, como demuestran las declaraciones de bienes de los presidentes de las diputaciones provinciales gallegas. En el primer caso -aunque llegase el último a la hora de desvelar sus bienes- está Rafael Louzán, de Pontevedra, que destaca entre sus homólogos por su patrimonio inmobiliario: una casa, un apartamento, locales comerciales y tres terrenos. Con todo, arrastra una hipoteca que asciende a más de 164.000 euros.

En el otro lado se halla el máximo responsable de la Diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro. El socialista, que hizo una de las declaraciones más escuetas, aunque fue el segundo en apuntarse a la moda de la transparencia, dice poseer una vivienda en Lugo, y en régimen de gananciales, pero el efectivo en sus cuentas supera los 134.000 euros y, por lo que da a entender, no tiene ningún tipo de deuda que le ate a una entidad financiera.

Por su parte, el presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo, tal y como consta en su declaración como edil en Ferrol -que difiere de la que publica en la web de la institución provincial, fechada un año antes- también puede presumir de ahorros, ya que roza los 110.000 euros en metálico. A ellos habría que sumar una abultada cartera de acciones y participaciones -más de un millar-, aunque no cuantifica su valor.

El primero en abrir la veda de la transparencia en los organismos provinciales, aunque a título personal, fue Manuel Baltar, en Ourense. El también presidente del PP de dicha provincia permite consultar en la web desde su nómina a su certificado de la renta. Aunque afirma poseer en sus cuentas bancarias 53.000 euros, sus deudas multiplican por cinco esta cantidad, ya que ha solicitado un préstamo de 250.000 para construirse una casa.