Son tantos los cambios introducidos en la normativa sobre el régimen especial -en el que se enmarcan aquellas tecnologías que por su contribución a la lucha contra el cambio climático y por su teórica falta de madurez reciben subvención- que cualquier parecido entre los cálculos que se realizaron años atrás para su desarrollo y su situación actual y futura es pura coincidencia. Especialmente con la entrada en vigor del polémico Real Decreto 1/2012 que fijó la suspensión de la preasignación de más potencia al sistema y de las primas a las renovables. Lo que, según la CNE, ha supuesto "un estancamiento" en las previsiones de potencia a instalar y, en paralelo, de la generación que de ella se esperaba.

De la moratoria solo se libran aquellas instalaciones que ya contaran con el permiso del Ministerio de Industria, el derecho reconocido tanto a conectarse como a recibir el suplemento por su producción. Y ésa es la única potencia nueva que el supervisor energético prevé que se integre hasta, como mínimo, 2016 en España. Desde el actual 2013 hasta ese momento, el total de megavatios (MW) del régimen especial se mantendrá en 40.995, de los que 24.027 son de eólica. La puerta está cerrada, por si todavía quedaba alguna duda, para los 2.325 MW del concurso con el que la Xunta aspiraba a impulsar el negocio del viento en la comunidad y que en estos momentos acumula un stand by sin fecha de terminación por el nuevo marco de primas y la falta de financiación tanto para levantar los molinos como para afrontar los elevadísimos costes de los planes industriales prometidos a cambio de la potencia.

"A día de hoy existe una elevada incertidumbre sobre la evolución que sufrirá la demanda eléctrica en los próximos años por efecto de la actividad económica, lo que introduce una importante dificultad a la hora de realizar una previsión de demanda precisa y fiable", señala la Comisión de la Energía, que traslada el mismo pensamiento a la evolución de la oferta de generación.

En el régimen ordinario, la CNE solo contempla nueva y "reducida" nueva potencia en hidráulica con bombeo porque ayuda a gestionar los exceso de electricidad cuando los consumidores no la necesitan. Es "posible" el cierre de una nuclear -en referencia a Garoña- y "la desaparición de las instalaciones de fuel/gas y algunos carbones". Para el especial, el organismo insiste en que las altas "se limitarán" a termoeléctrica y eólica que estaban preinscritas antes del real decreto.