Todas las estadísticas reflejan cómo la crisis provocó que el sector del ladrillo se desplomase y con ello, gran parte de la economía gallega y estatal gripase. Dos resultan especialmente significativos: el empleo y su peso en el producto interior bruto (PIB) autonómico.

La construcción llegó a contratar más de 220.000 personas en la comunidad en el segundo trimestre del año 2008, último ejercicio registrado en las estadísticas de la Encuesta de Población Activa (EPA). En el primer trimestre de este año la cifra alcanzó apenas los 154.100. En tan solo un lustro 65.900 empleados en este sector fueron arrastrados por la crisis hacia el paro, es decir, algo menos que el doble de la población de Vilagarcía de Arousa o casi la de Ferrol.

Además, el peso del ladrillo en la economía gallega se ha desplomado casi cuatro puntos desde 2008. Entonces, este sector representaba el 13,7% de la riqueza de la comunidad, porcentaje que no ha dejado de reducirse año tras año hasta el 9,9% actual, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Entonces, movía 7.900 millones de euros, que ahora apenas alcanzan los 5.500.