Los tres concejales del BNG tuvieron que acudir al recate del alcalde socialista de Ourense, Agustín Fernández, para evitar su reprobación y petición de dimisión que se debatió en el pleno extraordinario que se celebró ayer, sumando sus votos a los 11 del PSOE, que a pesar de las divisiones internas votaron en bloque, y que si apoyaron PP (11) -que la planteó-, y DO (2), después de asumir, de aquella manera, las "exigencias" acordadas por el Consello Local, y que se interpretó como una excusa para no tener que abstenerse en la votación.

El alcalde, en su intervención final, aceptó las exigencias-propuesta de los nacionalista por "ser las mismas que puso encima de la mesa el PSOE", aunque sin concretar explícitamente como se llevará la devolución a las arcas municipales de las cantidades destinadas a gastos que no son propios de la acción política, en alusión a la compra en supermercados de ginebra, ron y whisky, así como comida, para las fiestas al exalcalde, Francisco Rodríguez, imputado en la operación Pokémon, y a la que asistieron una parte de los ediles y personal de confianza que permanece en el Concello.

En cuanto a la depuración de las responsabilidades políticas en el seno del grupo socialista, otra de la exigencia de los nacionalistas, Agustín Fernández, se despachó con un "se hablarán dentro del grupo", aunque posteriormente, el portavoz de los socialistas, Vázquez Barquero, aseguró al término del pleno que eso no supone que lleven consigo cese alguno de algún miembro del grupo de gobierno, con lo se descarta esa "depuración" que reclamaban los nacionalistas, y que era condición para no abstenerse.

Ante la avalancha de críticas realizadas por PP y DO, que se centraron más en el préstamo a un funcionario con fondos públicos de la asignación al grupo socialistas, más que en los gastos para "gintonics" y "cubatas de ron añejo", el alcalde reconocía "errores", que habían reconocido y por lo que "pedimos perdón.

Y antes de dar explicaciones y argumentos "rigurosos" como le reclamaron, Agustín Fernández optó por el ataque hacía los populares, a los que acusó de "tener gastos similares a los nuestros", y cuestionar algunos de los gastos, ejerciendo la función de fiscalizador con la oposición. Más beligerante fue con DO, ya que además de señalar que destinan su asignación -algo más de 17.00 euros al año a "su propia televisión Auria TV-, para insultar al gobierno municipal y hacer apología del alcohol", mientras la edil Susana Gómez protestaba y le acusaba de "mentiroso", además de aclarar que se destina algo más de 18.000 euros a una persona para gestionar el evento Pórtico del Paraíso, cuando lo puede hacer un funcionario".

Pero lo de "arrepentimiento" manifestado por el alcalde, y también por el portavoz del PSOE, que además aludió a la petición de disculpas a los ciudadanos, no fue creíble para PP y DO, y así Susana Gómez, que acusó a Agustín Fernández de "aferrarse a la silla" y proclamar que "no se va", dejaba claro que esa petición de disculpas vinieron "forzadas por el señor Pachi Vázquez", el secretario de los socialistas gallegos.

También fue objeto de enfrentamiento la amenaza del alcalde de "suprimir" las asignaciones de los grupos, que tuvo que reconducir, después de que el portavoz popular le advirtiera que se contemplan en los presupuestos, y que deben ser aprobadas por el pleno, por lo que le pidió que "no amenace con esas cosas", a la vez que le recordaba que "ustedes -por el PSOE- gobiernan en minoría" Nada inquietó al alcalde, y después de comprobar la disposición del BNG a darle la necesaria cobertura, incluso cargando contra PP y DO, dijo que su reprobación "desproporcionada".