No hay mejor defensa que un buen ataque, debió pensar ayer el alcalde de Ourense, Agustín Fernández, quien aseguró que la polémica que despertó la noticia de FARO de que con cargo a fondos públicos se pagó la fiesta del exregidor se "tapan las miserias de otros" y sin especificar a qué grupo municipal de la oposición se refería disparó: "Quizás sirva para tapar lo que otros hicieron igual: ciertas comidas?, o trasladan el dinero de la asignación de los grupos a empresas privadas que controlan".

El regidor reclamó que su comparecencia de ayer se convierta en el "punto final" del escándalo, después de insistir de nuevo en que se había "cometido un error" y asumir que su "obligación es subsanarlo y que no se vuelva a producir". Admitió además que el grupo de gobierno "ha pasado unos días duros", que deben superarse, según su criterio, "trabajando unidos".

Para Agustín Fernández, se están "magnificando y sobredimensionando circunstancias de escaso calado. Estamos hablando de cifras que no superan los 200 euros; unas cifras ridículas. Eso puede servir para que otros tapen sus miserias". "Si los gastos son legales y reconocemos el error, yo creo que no tiene sentido que andemos perdiendo el tiempo en cosas de tan escaso calado".

El préstamo

Con respecto al préstamo de 21.000 euros que el Grupo municipal socialista con la subvención pública que recibe hizo al jefe de Recaudación municipal, condenado por la desaparición en 2007 de dos sacas de dinero con 30.000 euros, el alcalde reiteró ayer que se trata de "una ayuda humanitaria que se está devolviendo".