Los esfuerzos por reducir la tasa de fracaso escolar, que venían dando sus frutos desde 2009, dieron al traste el pasado año en Galicia. El abandono educativo temprano -porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que no completan la ESO o descartan seguir estudiando tras la enseñanza obligatoria- se incrementó en un solo año desde el 20,8 por ciento al 23,1 por ciento. Traducido a cifras el pasado año sumaban 41.739 los jóvenes que habían dejado de estudiar de forma prematura frente a los 38.914 registrados en 2011, según las últimas cifras del Ministerio de Educación. Es decir, en solo un año hubo un aumento de 2.825 alumnos que dejaron el colegio.

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