No solo los ayuntamientos y la Xunta ponen peros a la reforma local cocinada por Hacienda. Europa también. Aunque comparte el fondo del nuevo mapa municipal -eliminar la duplicidad de competencias y generar un mayor ahorro a las arcas públicas-, el Consejo de Europa cuestiona las formas que propone el departamento de Cristóbal Montoro para conseguirlo: quitar el sueldo a los alcaldes de municipios de menos de 1.000 habitantes, meter la tijera a los que ostentan el bastón de mando en localidades de hasta 5.000 vecinos y retirar competencias a las administraciones locales a favor de las diputaciones. En su informe Democracia local y regional en España, recomienda la regulación de los salarios de los cargos electos -también de los diputados- en una tabla salarial que fije un mínimo y su techo máximo; defiende la reducción de las dietas de los cargos públicos; reclama al Estado más medios para que los ayuntamientos, sobre todo los pequeños, puedan prestar a sus vecinos servicios de calidad y de manera eficiente, y advierte de que quitar competencias a las administraciones locales -bien en favor de las corporaciones provinciales o de los Ejecutivos autonómicos- puede vulnerar la autonomía local. Este fue precisamente uno de los argumentos de los alcaldes de todos los colores políticos para rechazar el borrador de la reforma.