"No somos espías. Si ni siquiera, como se puede ver en las fotografías de ese día, llevábamos bolso alguno", explica sorprendida la diputada autonómica socialista Beatriz Sestayo. Ella es una de las cuatro protagonistas de una historia en la que también tiene un papel la parlamentaria del PSOE en el Congreso Paloma Rodríguez, el presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Ramón Aguirre, y el portavoz parlamentario socialista en las Cortes, Miguel Cortizo, quien abrió la veda para que Aguirre sospechase que una conversación privada que había mantenido con Sestayo y Rodríguez sobre la construcción del dique flotante del Ferrol pudiera haber sido grabada por los socialistas.

Aunque la charla original entre las dos parlamentarias socialistas y el máximo responsable de la SEPI tuvo lugar en febrero, el diputado Miguel Cortizo resucitó la conversación, según informa El Mundo, en una reunión de la Comisión de Hacienda del Congreso de la semana pasada. Entonces, el socialista se dirigió a Aguirre afirmando, al parecer: "Leyendo la transcripción de su entrevista con dos diputadas, una de este Parlamento y otra del Parlamento gallego, la transcripción de lo grabado en la entrevista, usted les dijo..."

El hecho de aludir a "la transcripción de lo grabado" suscitó en Aguirre la sospecha de que el encuentro había sido grabado. Al respecto, conminó a Cortizo a retirar o revisar su afirmación. Si no, le advirtió que tomaría "las iniciativas que corresponda".

"Es evidente que se trata de una licencia al hablar que él mismo rectificó en el debate y ya es un tema aclarado", aseguró ayer Beatriz Sestayo. "Ni a mí ni a Paloma se nos ocurre grabar una conversación". Sestayo explica que Cortizo se refería a que había usado una transcripción con lo que las dos diputados le habían comentado del encuentro con Aguirre. "Es una mala interpretación", recalcó Sestayo. "De espías, nada", proclamó.