Personalidad jurídica propia y "plena capacidad para el desarrollo de sus fines en régimen de derecho privado", apunta el FGD en su presentación. Su objetivo es garantizar hasta 100.000 euros por depositante ante la quiebra de una entidad. Su función inicial, porque luego se le sumó la de reforzar los recursos de las entidades con problemas y ahora la compra de las acciones de Novagalicia y CatalunyaBanc que reciban los tenedores de preferentes y deuda subordinada.

Los trámites necesarios para esta vuelta de tuerca en su operatividad estarán listos, previsiblemente, en junio. Y aunque los recursos son escasos tras las ayudas concedidas por el fondo a las subastas de Unnim y CAM, desde el FROB sostienen que serán "suficientes" mientras se espera por el 40% de la derrama extra de 2.000 millones de euros que la banca sana aportará en los primeros veinte días de 2014. El resto se reparte en un máximo de siete años.

Precisamente cuando se tiró del FGD para las pujas de cajas intervenidas, el Gobierno sostuvo que de esta manera "pagaba el propio sector". Porque el organismo es básicamente el sector, con presidencia y vicepresidencia, eso sí, de dos altos cargos del Banco de España. Así que cuando empiece a comprar las acciones, el sistema financiero se convertirá en accionista de dos de sus entidades. Una entrada paulatina -la adquisición de títulos no será total ni en una sola operación- y que provocará una situación inédita en el accionariado de NCG de cara a su subasta.