Hay dos grandes diferencias que marcan la distancia del Banco Gallego, recién nacionalizado tras una inyección de 80 millones del FROB a través de NCG en la ampliación de capital decretada para absorber las enormes pérdidas y cubrir el agujero patrimonial derivado del saneamiento ladrillo. A diferencia del resto entidades bajo control del Estado, ésta está en venta oficial en este momento, con el 5 de abril como fecha para tope para la recepción de ofertas formales de adquisición. Y que sus híbridos, según asegura el grupo liderado por Juan Manuel Urgoiti, se reparten entre inversores institucionales.

Con esas premisas, el FROB decidió ayer en su caso un recorte medio en las preferentes del 50% y del 39% para la deuda subordinada perpetua. Entre los títulos con plazos de vencimiento marcados, el descuento será del 11%. "Hay que tener en cuenta que al estar en marcha un proceso de venta de la entidad, públicamente anunciado, cabe la posibilidad de que el posible comprador ofreciera una alternativa en instrumentos de capital propios", sostiene el fondo. De hecho, en sus referencias al Gallego no figura el canje por acciones.

Tres son los interesados en hacerse con su negocio, según la información que ha transcendido. El Sabadell, que cuenta con un ambicioso plan para crecer en Galicia. El Banco Espírito Santo, que se interesó ya por la operación antes incluso de la fusión de las cajas. Y Banesco, líder de la banca privada venezolana y que acaba de desembarcar al otro lado del charco con la compra de la mayoría del capital del Etcheverría.

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