La Sareb, o banco malo, prevé registrar sólo pérdidas en 2013 y calcula que su presencia en el mercado inmobiliario será del 4 por ciento, por lo que no marcará los precios. La Sareb quiere vender en cinco años la mitad de su cartera de viviendas, unas 42.500 unidades. Y una parte destinarlas al mercado de alquiler.