Los más de tres puntos que suponen las inyecciones a la banca nacionalizada en el cómputo del déficit español hasta situarlo en el 9,99% del Producto Interior Bruto (PIB) al cierre del pasado año son un quebradero de cabeza más que suficiente como para que el Gobierno parezca dispuesto a casi todo con tal de exprimir al máximo su rentabilidad. Es decir, que la obligada venta de Novagalicia, CatalunyaBanc y Bankia permita la recuperación de, al menos, una parte de las ayudas acumuladas. El fiasco de la puja por la entidad catalana, con ofertas muy lejos del mínimo de 1.000 millones a los que aspiraba el FROB, marcó un antes y un después en la reestructuración del sector, que desde la crisis del grupo BFA, con la salida de Rodrigo Rato de la presidencia y el vendaval originado alrededor de la prima de riesgo, se movía en el vértigo de los acontecimientos. Otra vez. Por eso nace la idea de agrupar a las tres entidades en un holding público que coordine su negocio. Para sacarles brillo y mejorar las condiciones de su privatización.

El plan está ya desde hace semanas sobre la mesa de todos los implicados. Ministerio de Economía, Banco de España y el propio FROB, que precisamente hoy reúne a su comisión rectora -en la que se integran representantes de los tres organismos- para contratar a los asesores externos que guiarán el proceso, además de fijar las quitas en preferentes y deuda subordinada de las nacionalizadas, según confirman fuentes oficiales. La clave, como admitió el director general del fondo es "analizar alternativas" para "rentabilizar la inversión". Antonio Carrascosa apelaba en una entrevista reciente a la "urgencia" de "estabilizar" los bancos bajo tutela del Estado, "que en algún caso tienen ligeras pérdidas de depósitos".

¿En qué exactamente consistirá esa unión? Aunque la idea inicial era que BFA, matriz de Bankia y en vísperas de convertirse en una sociedad convencional sin actividad financiera, sirviera precisamente como núcleo del holding, la opción que cada vez coge más fuerza es dar esa función al FROB. Al fin y al cabo ya desempeña el papel a efectos formales como prácticamente el único accionista -a la espera de la participación que tomarán los afectados por los híbridos tras la conversión en capital y la presencia de los socios minoritarios de Bankia, condenados a un descuento de sus títulos- en todas ellas.

La integración pura y dura de NCG, CatalunyaBanc y Bankia quedó descartada desde el principio. El ministro Luis de Guindos lo dejó muy claro. Principalmente, porque las duras exigencias de Bruselas a cambio de los 40.000 millones de euros prestados para las entidades alejan cualquier posibilidad de acometer una integración. Las nacionalizadas están sometidas a una estricta dieta de adelgazamiento, con un recorte de red y plantilla de hasta el 60% y la desinversión de la cartera de participadas al completo. Bankia, por su carácter sistémico, cuenta con oxígeno en el calendario a cumplir y la posibilidad de operar en diferentes territorios, algo vetado para el banco gallego y el catalán, que tienen que centrarse exclusivamente en sus territorios de origen.

En el Gobierno ven este holding, que representa el 20% del sistema financiero español, como una "herramienta perfecta" para luchar contra el que es otro de los grandes problemas de la economía española. La falta de financiación a empresas y familias. Y las tres nacionalizadas podrían "atender la demanda de crédito, que siempre llega después de la recuperación económica", apuntaba Carrascosa.

Lo que no quita, como insisten las fuentes conocedoras del proyecto, que las ventas de NCG y CatalunyaBanc puedan desarrollarse "en cualquier momento". "Cuando existan las condiciones adecuadas", apuntan, en el camino hacia la meta de lograr "todo lo que se pueda" por "sus marcas rentables".

Una única política comercial, como una sola entidad también en operaciones en las que sea necesario, ahorro de costes y, probablemente, con el máximo responsable de Bankia a la cabeza. José Ignacio Goirigolzarri, al que De Guindos alaba cada vez que tiene ocasión y que varias fuentes colocan como el encargado de la batuta en el holding. Sin que eso signifique un relevo en la actual cúpula de NCG, que públicamente tiene el respaldo del ministro. Las fuentes consultadas dicen que no sería necesario.