La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha presentado por primera vez un escrito de acusación contra cuatro presuntos miembros de Resistencia Galega a los que atribuye delitos de terrorismo para "lograr la independencia de Galicia y parte del norte de Portugal". El escrito, al que tuvo acceso Europa Press, está dirigido contra Eduardo Vigo Domínguez y Roberto Rodríguez Fiallega, para los que el fiscal pide 20 años de cárcel, y Antón Santos Pérez y María Osorio López, que se enfrentan a 12 años.

A los acusados, detenidos en 2011 con la sospecha de que querían atentar en el Día de la Constitución, se les atribuyen los delitos de participación en organización terrorista y falsificación de documento oficial con finalidad terrorista, a los que hay que sumar el de tenencia de explosivos en los casos de Vigo Domínguez y Rodríguez Fiallega.

Según el escrito provisional de acusación, los cuatro formaban parte de Resistencia Galega para subvertir "el orden constitucional" en esta comunidad, establecer "unas señas de identidad gallega" y reivindicar "la defensa de la tierra y el medio ambiente", para lo cual justificaban "el empleo de la violencia contra las personas y los bienes".

El 30 de noviembre de 2011, Rodríguez Fiallega acordó una reunión con Vigo Domínguez en Vigo para entregarle seis kilos de explosivo. Este luego emprendió un viaje pero fue interceptado por la Policía Nacional en el peaje de la autovía AP-9 cerca de Santiago. A los otros dos acusados se les incautaron ordenadores en los que guardaban fotografías de acciones violentas reivindicadas por el entorno independentista de Galicia y textos relacionados con AMI.

Resistencia Galega tiene su génesis en el extinto Exército Guerrilleiro do Povo Galego Ceive. Tras su desarticulación, dio paso a "mecanismos de reivindicación política", entre los cuales surgió en los noventa Nós-Unidade Popular/Nós-UP, que aglutinó organizaciones entre las que destacaba la Asamblea da Mocidade Independentista (AMI), de la que se escindió Resistencia Galega.

Según un auto del juez Eloy Velasco, la organización funciona a partir de dos estructuras: una ilegal que se encarga de trabajar a nivel operativo e ideológico y planificar los actos terroristas; y otra legal compuesta por organizaciones que dinamizan la estrategia diseñada por la clandestina, entre las que estarían AMI, el Colectivo de Presos Independentistas Galegos, Espacio Irmandinho o AMAL.