El rural gallego se ha convertido en el blanco perfecto para las bandas organizadas. La oleada de robos cometidos en pequeñas localidades de Galicia desde el inicio de la crisis ha ido en aumento año tras año y ha provocado un repunte de la delincuencia en la comunidad. Aunque leve (1,6%), este aumento de la tasa de criminalidad rompe la tendencia a la baja de los últimos años. Solo el año pasado los asaltos a viviendas en la comunidad se dispararon un 33,8%, ocho puntos por encima de la media nacional (25,4%). Pero Galicia no es la excepción, ya que este tipo de delitos aumentaron en otras nueve comunidades autónomas. La Rioja y Cataluña lideran el ranking con un incremento del 92% y el 84%, respectivamente.

Esta misma semana la Guardia Civil desarticuló una banda organizada que asaltó más de 60 viviendas, naves industriales, bancos y gasolineras por toda Galicia. El grupo, formado por ocho personas de la propia comunidad, peinó viviendas de Galicia de norte a sur, la mayoría en Pontevedra, pero también en A Coruña, Ourense y Lugo.

Dinero, joyas, ordenadores, móviles, obras de arte... En busca del mejor botín, las bandas organizadas que operan en Galicia, en su mayoría de países del Este, protagonizaron el año pasado una media de 80 robos a viviendas cada semana, el 37,4% de ellos en la provincia de Pontevedra. "Son bandas itinerantes que abandonan la comunidad tras asestar varios golpes", apuntan fuentes de la Guardia Civil. Una forma de actuar que dificulta la localización e identificación de los autores de estos robos.

Vigilancia de la zona

En toda la geografía española se registraron el año pasado un total de 126.419 robos en viviendas, de ellos 3.846 en Galicia, según datos de la memoria de 2012 del Ministerio del Interior. A Coruña y Pontevedra encabezan la lista negra de asaltos a casas de la comunidad, con 1.510 y 1.439, respectivamente, lo que supone un incremento del 41% respecto al año anterior en el primer caso y casi un 15% en el segundo. Muy de lejos están las estadísticas de hurtos cometidos en casas de Lugo (422) y Ourense (475), sin embargo el incremento en las dos provincias es mayor, sobre todo en Ourense (45% y 80%, respectivamente).

La mayoría de los botines de estos robos proceden de viviendas aisladas del rural y urbanizaciones periurbanas. "Buscan a gente de su confianza para vigilar la zona y saber los movimientos de los propietarios y vecinos para actuar cuando no haya nadie en casa", apuntan desde la Guardia Civil, que reconocen "preocupación" por el aumento de este tipo de delitos en Galicia.

Desde que hace cuatro años empezó a repuntar el robo a viviendas en la comunidad, las puertas en las casas del rural ya se cierran con llave. "Hasta ahora las puertas en las aldeas quedaban abiertas y no pasaba nada; aunque se fuera a la casa del vecino o a trabajar a una finca toda la tarde, nadie cerraba con llave. Esa costumbre en el rural hay que cambiarla", advierte José Freire, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia. Al mismo tiempo alerta de que no solo la crisis ha provocado un aumento de los robos en viviendas protagonizados por grupos organizados, sino que también se ha detectado un incremento de hurtos en establecimientos comerciales, supermercados y tiendas de ropa debido a la crisis. "La situación de necesidad ha llegado a tal punto que gente que nunca robó lo hace en establecimientos de ropa o alimentación", alerta Freire.

Repunte delictivo

El balance de criminalidad del año pasado en Galicia revela la comisión de un total de 83.132 delitos y faltas en Galicia, un 1,6% más que 2011, año en el que se había registrado ya un incremento respecto al ejercicio anterior (5,5%). Junto con Galicia, el índice de criminalidad creció el año pasado en otras ocho comunidades, en la gallega la cuarta en la que más (1,6%) empatada con La Rioja. El mayor repunte de infracciones penales se registró en Navarra (4%), seguida de Asturias (3,5) y País Vasco (3,4%).

En Galicia, la provincia de A Coruña está a la cabeza de delitos cometidos (33.863), seguida de Pontevedra (32.427), Ourense (8.839) y, finalmente, Lugo (7.993). Fue Ourense, la provincia gallega con el mayor repunte de la tasa de criminalidad (10,7%). En Pontevedra se mantuvo en los mismos términos que el año anterior, mientras que en A Coruña y Lugo el número de delitos cometidos el año pasado aumentó un 1,1% y un 0,9%, respectivamente.

Por tipo de infracciones penales denunciadas el año pasado en la comunidad, el mayor volumen lo concentran los hurtos (23.577) y robos con fuerza (13.301). Le siguen los delitos de daños (11.395) y en menor medida la delincuencia violenta (2.779).