Que el ajustado techo del déficit imponga una dieta sin precedentes en las cuentas no implica que el conjunto de las administraciones estén obligadas a cerrar la puerta a nueva financiación en los mercados, directamente con las entidades financieras o a través de los mecanismos de liquidez impulsados desde el Gobierno central, que, como el resto del sector público, se puede endeudar. Y lo han hecho mucho. Con lo que la evolución de las operaciones abiertas es una suma de lo acumulado hasta ahora y un sigue sumando, con récords constantes en el saldo de préstamos y emisiones de valores en vigor. Más de 185.000 millones de euros en el caso de las comunidades al cierre del pasado año, en el que la Xunta incrementó su deuda un 17,39%. De las alzas más contenidas entre las autonomías, pero en niveles históricos también, de 8.228 millones de euros, equivalentes prácticamente al montante del presupuesto que el Ejecutivo regional cuenta para el actual ejercicio.

La cantidad se queda por encima de los 8.063 millones de euros que la Xunta estimaba para el cierre de año en sus cuentas de 2013. Tanto en deuda bruta, como en la ratio en relación al PIB, que finalmente es del 14,6%, frente al 14,1% previsto en San Caetano. A este tipo de medición, a la comparativa con el contexto de la economía, se agarra la Consellería de Facenda para destacar que el suyo es el segundo menor aumento en el Estado, solo por detrás de La Rioja, y casi la mitad de la media de las autonomías, de 4,3 puntos. En el análisis del endeudamiento bruto, en millones, pasa, en cambio, al tercer lugar, después también del territorio riojano, con una subida anual del 16,1%, y Navarra, donde llegó al 16,55%, según las estadísticas publicadas ayer por el Banco de España.

La carga financiera de la Xunta representa unos 2.958 euros por cada habitante. Alrededor de 1.000 euros menos que el total estatal. De 2011 a 2012, el endeudamiento aumentó en 1.200 millones, y un 121% desde el inicio del parón económico. Cuando las administraciones exprimieron al máximo la captación de recursos ante el hundimiento de la recaudación fiscal.

Este repaso histórico del endeudamiento autonómico deja cifras realmente impactantes. El aumento en el País Vasco en los últimos cinco años se dispara al 1.000%, aunque lo cierto es que a pesar del ritmo está situado en los niveles más bajos de todas las autonomías, del 11% respecto a su PIB. La evolución en Castilla-La Mancha llega al 457%; al 614% en Murcia; un 300% en Castilla y León; y muy cerca, un 295%, en Aragón. El de Galicia es de nuevo un crecimiento discreto en medio de semejante contexto. Solo Madrid arrastra un alza menor, del 99%, desde el comienzo de la grave crisis.

En niveles disparados

Ni la austeridad, ni los intensos recortes bastan para sostener las arcas públicas. Y con este panorama, ¿en qué niveles se encuentra la deuda de las comunidades? El total, los 185.048 millones de euros -son 43.700 más que un año antes-, suponen el 17,6% del PIB. Un porcentaje que en cuatro comunidades saltan de largo. El endeudamiento de Valencia escala al 29,3% de su economía; en Castilla-La Mancha roza el 28%; el 26% en Cataluña; y un 21,9% en Baleares. A continuación figuran, según el Banco de España, Murcia, donde acabó el año en el 16,8%; Cantabria, con un 15,8%; y Navarra, con un 15,4%. Después de Galicia están Andalucía (14,5%), Extremadura (14,4%), Aragón (13,75), Castilla y León (13,7%), La Rioja (13,1%) y Asturias (12%). Las regiones que presentan una ratio de deuda en función de su PIB más baja son Canarias (11,55), País Vasco (11%) y Madrid (10,7%).

La deuda municipal se elevó un 18,5% el pasado año, hasta los 41.967 millones, un 4% del PIB. Por sí solo, Madrid concentra el 18%, unos 7.400 millones, mientras que la segunda ciudad más endeudada es Barcelona, con 1.178 millones.

Con el añadido de las ayudas a la banca y el plan de pagos a proveedores, la deuda en el conjunto de las administraciones públicas alcanzó en 2012 el nivel más alto de la serie histórica. Más de 884.400 millones, el 84,1% del PIB.