Aunque sin crítica alguna, el titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, le dejó ayer a Mariano Rajoy la carta de deberes con la comunidad gallega. Le reclamó un mayor esfuerzo del Gobierno central con el naval, la pesca y el sector lácteo de Galicia por su carácter estratégico. La reunión sirvió también para que Feijóo le entregara en mano las alegaciones de la Xunta a la reforma de la Administración local, de cuyo contenido se distancia bastante Galicia. Por eso, el titular del Ejecutivo gallego le planteó a Rajoy una "reflexión pausada y con sosiego" sobre la reforma en al menos dos aspectos, en las remuneraciones de los alcaldes y en el traspaso de competencias de los ayuntamientos a las diputaciones provinciales.

El encuentro se celebró en el Palacio de la Moncloa y duró dos horas. A su conclusión, Feijóo aseguró que había encontrado la "receptividad" de Rajoy a sus propuestas.

Sobre el sector naval, Feijóo destacó los avances conseguidos, como la solución al tax leasse o la alianza lograda con Pemex para construir barcos en Barreras (Vigo) y Navantia (Ferrol) por valor de 380 millones de dólares. Pero le trasladó a Rajoy la necesidad de "reforzar" las gestiones ante la Comisión Europea para lograr que no se aplique la retroactividad de los efectos del anterior modelo del tax lease, considerado ilegal y que obligaría a los astilleros españoles a tener que devolver 2.600 millones en incentivos.

Ambos abordaron además la posibilidad de incrementar las relaciones con Pemex para reponer su flota menor en astilleros gallegos y de abrir "líneas de colaboración" con la brasileña Petrobras, dado que tiene planificada la renovación de su flota.

Del astillero Navantia, dijo que Rajoy era consciente de la necesidad dotarlo de carga de trabajo, "bien reforzando las negociaciones para lograr más pedidos o bien construyendo el dique flotante, o las dos cosas".

Cuotas de capturas

Sobre la pesca, el presidente gallego destacó la labor del Gobierno en la UE para mantener las cuotas de capturas y la "presión" ante los descartes, pero le trasladó la necesidad de seguir trabajando para mejorar las condiciones de los pesqueros gallegos en Mauritania.

En cuanto al sector lácteo, Feijóo planteó la demanda de que en la Ley de Transparencia de la Cadena Alimentaria se incluya, como uno de sus principios generales, que los precios de venta de la leche no puedan ser inferiores a los costes de producción.

En la agenda se incluyó la reforma de la Administración local. Frente a la propuesta del Gobierno central de dejar sin sueldo a los regidores de ayuntamientos con menos de 1.000 habitantes y fijar una tabla salarial común para el resto en todo el Estado que solo dependerá de la población, la Xunta plantea que cada comunidad pueda establecer la suya propia de acorde a las remuneraciones de sus funcionarios, porque "las situaciones son diversas".

Feijóo también quiere que las comunidades autónomas tengan "opinión" en el proceso de traspaso competencias de los ayuntamientos a las diputaciones y que como vía alternativa a esta transferencia se incorpore "como principio inspirador" el impulso a la cooperación y fusión municipal, que siempre tendría un carácter voluntario.

Lo que plantea la reforma del Gobierno central es que cuando un municipio no pueda prestar un servicio con un nivel mínimo de calidad, la única vía que se le ofrece es su traspaso a la diputación para que esta lo asuma.

La reunión, la primera tras la reelección de Feijóo, sirvió también para revisar la situación económica de España y de Galicia, lo que permitió al presidente gallego sacar pecho por no superar el límite del déficit público y no tener que pedir el rescate del Estado porque se financia en el mercado por sus propios medios, hasta tal punto que aseguró que si hace unos años desde Galicia se miraba a Cataluña "como mucho interés y cierta envidia por su bienestar", ahora el modelo es Galicia.

Preguntado por Bárcenas, Feijóo respondió que había acudido a hablar de los intereses de Galicia y "no de un personaje que usó el nombre del PP para enriquecerse". Negó también que hubiera actuado de mediador entre Álvarez-Cascos y el PP para calmar los ánimos por el caso Bárcenas y que tenga aspiraciones de sustituir a Rajoy.