En la Xunta parece que no están por la labor de profundizar demasiado en el contenido de los dos recursos que corren de su cuenta en la reforma financiera. Ambos por el impacto que la bancarización del negocio primero y el saneamiento de NCG después supuso para la antigua caja. Y al primero de ellos, el contencioso contra la valoración de Novacaixagalicia en 181 millones de euros, que dejó la participación en su entidad heredera por debajo del 7%. Un cálculo por la media de los tres expertos independientes que contrató el FROB y que el director xeral de Política Financiera achaca a "una base de errores". En esa demanda, según desveló ayer Manuel Galdo en el Parlamento, el Ejecutivo autonómico sostiene que la tasación real de la ahora fundación es casi cuatro veces mayor, 500 millones de euros más sobre lo establecido por el organismo encargado de encauzar las ayudas públicas al sector.

Sin más detalles por parte de Facenda. Ni de quién realizó ese estudio económico ni las causas de esa enorme diferencia con la valoración previa a la creación de NCG. "La justificación está en la argumentación de nuestro recurso", sostienen en la Consellería de Facenda. Lo único que Galdo dejó caer ante las preguntas del PSdeG en la Comisión de Economía sobre la obra social es que Novacaixa cuenta con "dos importantes patrimonios". De un lado, el material activo, de 300 millones de euros, con el remanente de tesorería y los inmuebles que acumula. Del otro, según el número dos de Facenda -uno de los principales impulsores de la fusión de las dos cajas-, "el know how, el conocimiento y experiencia del personal" vinculado a la antigua caja, "cualificado" y "su identificación con su trabajo".

Los dos recursos son un ejemplo, asegura Galdo, de que no se puede hablar de "sentencia de muerte" para la obra social, como advirtió el diputado socialista, José Manuel González Santín. Aunque admite que "hay que ponerse en el peor de los escenarios" para el diseño de la nueva fundación, en una clara referencia a que cualquiera de ellos -el que intenta impugnar la operación acordeón que dejó a cero la presencia de Novacaixa y la veintena de empresarios gallegos se presentó en la Audiencia Nacional- se quede por el camino y no se pueda dar el giro de 180 grados que supondría a estas alturas otra valoración del negocio.

Desde la Xunta insisten que el camino de Novacaixa pasa por centrarse en "lo verdaderamente importante", con una reducción de gastos, priorizando lo social, "valorizando el patrimonio" y un incremento de los ingresos propios del 2012 gracias a una "gestión activa" del remanente de tesorería. La clave está en el mecenazgo. El que logre captar patrones para sus actividades. Un instrumento en el que Galdo deja entrever que, "sobre todo el banco", debería estar. "Novagalicia puede ser importante para la obra social, pero la obra social es imprescindible para NCG", afirma.

Pese a las dos preguntas directas sobre quién estará en el patronato, la presencia reservada en él para la Xunta y si el Ejecutivo gallego apuesta por financiar la obra social, el director xeral no contestó. Galdo reconoció al PSdeG que el ministro de Economía se comprometió públicamente a buscas alternativas de financiación a Novacaixa. "Debemos ir al consenso de toda la sociedad gallega", resume.