La paralización de la subasta de CatalunyaBanc supone, sin duda, un antes y un después en el culmen de la reforma financiera que imaginaba el Gobierno. Una venta para este primer trimestre del año, con la intención de seguir luego con Novagalicia -el FROB llegó a hablar de la primera mitad del año de plazo para la entidad gallega, aunque luego matizó su declaración con un "sin plazo concreto", pero siempre a continuación de la catalana- y relajar más los tiempos en el caso de Bankia, considerada sistémica. De ahí que el Ministerio de Economía diseñe en estos momentos "un plan estratégico" para enfocar el futuro de cada una de las nacionalizadas, como adelantó ayer FARO, y que "en las próximas semanas" se hará público. Entre las opciones en estudio destaca, según confirman fuentes conocedoras de esta hoja de ruta en análisis, la posibilidad de utilizar Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia -y en camino de convertirse en una sociedad convencional-, como la cabecera de un holding que aglutine los paquetes accionariales del 100% del capital en los tres grupos financiero.

La tutela sería común, con criterios de gestión en las participaciones también similares, aunque cada una de ellas conservaría su día a día, su marca y los compromisos adquiridos con Bruselas a cambio de las enormes inyecciones de fondos públicos recibidos desde el pasado diciembre. Es decir. Los ajustes y los plazos marcados por las autoridades europeas, con dietas estrictas en red y volumen de negocio individualizadas en los tres casos, se mantendrían. "Eso hay que cumplirlo estrictamente", recuerdan las mismas fuentes, que no descartan que el actual máximo responsable de BFA-Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, funcione como capitán único en la supervisión del negocio del holding al completo.

"Es una de las muchas opciones que se están planteando", insisten los que conocen el planteamiento del Ministerio de Economía y el FROB, que reiteran también que no hay una decisión tomada todavía. "Se conocerá pronto, está en elaboración", sostienen sobre el plan, que el mismo Luis de Guindos anunciaba el pasado martes, durante su participación en el Consejo de ministros de Economía de la UE. Tanto el freno a la puja por CatalunyaBanc -heredera del negocio de la fusión en CatalunyaCaixa- como este plan de actuación responden a los mismos objetivos, el de "maximizar" el valor de las tres entidades para su posterior privatización y reducir todo lo posible el impacto al contribuyente. Porque se da por seguro que el total de ayudas públicas que acumulan -9.000 millones de euros en NCG en aportaciones directas, sin contar el respaldo de la Sareb o avales gubernamentales en los primeros años de las crisis financiera para las dos cajas- será imposible recuperarlo. Y, por lo tanto, el déficit vinculado a las partidas al sector quedaría como definitivo.

Al igual que en CatalunyaBanc, en Novagalicia su respectivo term sheet -el contrato de reestructuración firmado con Bruselas- establece que a mediados de 2015, como muy tarde, el Estado tiene que empezar a buscar una salida al banco y completar su venta a otra entidad en el arranque de 2017, fecha también límite. El hecho de suspender la subasta del grupo catalán no significa, según apuntan varias fuentes, que pueda reactivarse "en cualquier momento". Algunos medios han publicado que el FROB quería, al menos, 1.000 millones de euros, en el proceso. "Esos contratos dejan claro que la privatización puede hacerse hoy o dentro de un año, siempre en un proceso de concurrencia competitiva para atenerse a la normativa europea", destacan.