La reforma local ha puesto al municipalismo en la encrucijada. Lo que para el Gobierno supone un nuevo mapa competencial basado en la eficiencia y el saneamiento de las arcas municipales, para los alcaldes vaciará de contenido los ayuntamientos, convertirá a los regidores en meras "figuras decorativas" y acarreará la supresión de facto de consistorios. En vísperas de que la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) presente sus alegaciones al borrador de la ley, economistas, politólogos y expertos en administración local analizan el texto cocinado por Hacienda. Reforma local: ¿reducirá costes y garantizará la eficiencia en la prestación de servicios o convertirá a los ayuntamientos en administraciones inoperativas? Los expertos coinciden en la necesidad de abordar el actual mapa municipal aunque con no pocos peros a los mecanismos defendidos por el departamento que dirige Cristóbal Montoro.

Entre las fórmulas que más ponen en tela de juicio está el refuerzo del papel de las diputaciones „algunos incluso advierten de que eso acarreará la privatización de servicios y que por tanto "aumentará" las "oportunidades de corrupción" en las corporaciones provinciales„ así como el recorte de salarios a los alcaldes „consideran que es una medida "populista" que apenas supondrá ahorro alguno„. Y entre las medidas que echan en falta, una financiación adicional para prestar los servicios municipales, una apuesta por la cooperación municipal e incluso la supresión de ayuntamientos. Algunos expertos vuelven a poner sobre la mesa el debate sobre la eliminación de las diputaciones.

Xavier VenceCatedrático de Economía Aplicada

"La mayoría de concellos dejarán de ser operativos con esta reforma"

1. La reforma planteada por Hacienda anuncia el vaciado de competencias generalizado en los ayuntamientos por la vía de la asfixia económica y el establecimiento de criterios arbitrarios de eficiencia o rentabilidad económica. La mayoría de concellos dejarán de ser operativos y quedarán como zombis sin vida.

2. El traspaso de servicios municipales a las diputaciones es una involución radical, centralizadora y antidemocrática. Se refuerzan las corporaciones provinciales a costa de la autonomía municipal al mismo tiempo que se debilitan las comunidades autónomas.

3. El trasfondo de esta reforma es impulsar la privatización de gran parte del presupuesto municipal.

4. Una vez que se elimina el personal y las estructuras encargadas de esas tareas va a ser muy difícil para cualquier concello volver atrás y recuperar competencias y control sobre los servicios.

5. A medio plazo los servicios van a encarecerse (y su calidad disminuirá) porque las empresas privadas encargadas tendrán como prioridad la obtención de beneficios. Esa privatización masiva aumentará las presiones y las oportunidades de corrupción en las diputaciones todavía más de lo que ya ocurre hoy en muchas de ellas.

6. El reajuste de los salarios de alcaldes y concejales es el espantapájaros populista que usa el Gobierno para legitimar este ataque a los servicios públicos municipales.

7. La reordenación no puede realizarse con criterios uniformes y uniformizadores para todo el Estado porque el hábitat y la realidad territorial de Galicia es muy diferente a la de cualquier otra comunidad. La reordenación del mapa municipal habría que hacerla atendiendo a la geografía gallega y a la dispersión de la población.

8. Debería abordarse la desaparición de las diputaciones y la apertura de un proceso para que Galicia pudiera organizar el territorio en base a comarcas.

Luis CaramésCatedrático de Economía Aplicada

"El reajuste salarial es una medida populista que no será muy eficaz"

1. El proceso que sigue esta reforma es desconcertante. Cuando se cree estar ante un proyecto definitivo aparecen modificaciones casi sin solución de continuidad. En cualquier caso, parece que las diputaciones pasan a tener un papel relevante respecto a los pequeños municipios. En principio, con más financiación los concellos podrían prestar los servicios que por cuestión de costes tendrán que ceder a las diputaciones.

2-3. Mi perspectiva académica seguía otra perspectiva, muy distinta de esta que plantea el Gobierno central.

4. Probablemente, de hecho ya lo estaban haciendo en algunos aspectos, como recaudación de tributos, obras y servicios, etc.

5. Se trata de algo inédito y complejo. Es difícil predecir lo que va a ocurrir.

6. La ordenación de los sueldos tiene una gran repercusión populista pero no será muy eficaz. La reforma es muy decepcionante.

7-8. Hubiera sido mucho mejor ir a una cooperación reforzada, con servicios prestados a nivel supramunicipal, pero la intervención de la diputación puede aliviar la insuficiencia financiera. Hay, sin embargo, una cuestión técnica „y también de democracia„ que estriba en que las diputaciones se financian sobre todo con transferencias, dada la poca relevancia del IAE y su recargo tras la última reforma. Hay una relación muy difusa entre quién financia y quién gasta, camino seguro para la ineficiencia y para la expansión excesiva del gasto.

Jorge Martínez-VázquezCatedrático de Economía en Georgia

"Es un lujo mantener pequeños concellos con esta crisis económica"

1. El lujo de mantener operativos pequeños ayuntamientos que no tengan la escala y las bases impositivas suficientes se ha hecho más difícil por la crisis. Es importante mantener la disciplina fiscal: los municipios no deben gastar más allá de sus posibilidades, pero es necesario el darles el tiempo suficiente para adaptarse a las nuevas circunstancias. Ellos no causaron la crisis. Siempre y cuando se respete a los municipios responsables y siempre y cuando se de una futura oportunidad a los no responsables no creo que se pueda concluir que se va a un vaciado de responsabilidades o una supresión de facto de los municipios.

2. Quizás las diputaciones deberían pasar a ser órganos desconcentrados de las comunidades. Desde un punto de vista administrativo tendría más sentido. Sin embargo, desde un punto de vista político y de rendición de cuentas, representaría un paso atrás. Un problema grande del proceso de descentralización en España es que se ha descentralizado mucho a las comunidades autónomas y demasiado poco a los municipios. Sin duda con más financiación, los ayuntamientos podrían prestar servicios que tendrán que ceder a las diputaciones. Eso no quiere decir que se tenga la misma eficiencia en el gasto. Los municipios mas pequeños seguirán siendo relativamente más ineficientes.

3. De una forma u otra lo harán, si ya no lo estaban haciendo. Lo que tengo menos claro es cómo será la rendición de cuentas. ¿A dónde va el vecino a quejarse de la falta de servicio o de su baja calidad? ¿A la capital de provincia , y a quién? ¿O a Madrid y a quién? En este sentido vamos para atrás.

4. El que exista un proceso de devolución pasado cierto tiempo es muy razonable. Quizás se podría dejar un poco flexible, pero con un proceso que no sea unilateral „solo desde parte de la diputación„ o se podría dejar en tres años.

5. La lógica es que se produzca un ahorro siempre y cuando los servicios recentralizados se puedan producir con economías de escala a costes menores. Eso esperamos. Pero se debe proveer de un seguimiento y verificación. ¿Se hará?

6. Ahorrar se va a ahorrar. La cuestión es si este ahorro es inteligente. Se puede también ahorrar reduciendo las medicinas al enfermo, pero no conseguimos lo que queremos. ¿Vamos a conseguir gobiernos locales más responsables y eficientes haciendo todo el trabajo voluntario? Eso es un concepto equivocado. La gente que se dedica a la función pública necesita una compensación monetaria razonable. Quizás los ministros podrían trabajar también sin sueldo... Claramente es una reducción al absurdo.

7. De hacer las cosas difíciles, la supresión de ayuntamientos sería la cosa difícil que tendría más sentido [en la reforma local].

8. Se desperdicia la oportunidad de hacer una buena segunda descentralización al nivel local.

Francisco MartínezProfesor de Ciencias Políticas

"Habrá consecuencias para las arcas públicas y la cohesión de España"

1. La reforma vacía de competencias a los ayuntamientos. Pero no suprime de facto el modelo municipal actual. La consecuencia más visible será, sobre todo para los más pequeños, el ser gobiernos fantasma: sin posibilidad real de decidir y de gestionar sobre sus recursos, ni sobre cómo esos recursos afectan a los derechos de su ciudadanía. Una recentralización encubierta del modelo de Estado.

2. El modelo vigente de las diputaciones no funciona y carece de sentido en el siglo XXI. Darles más competencias traerá imprevisibles consecuencias para las arcas públicas, la cohesión territorial de España, y la defensa de los derechos ciudadanos de que son responsables las instituciones locales.

3. En general, las diputaciones no están preparadas. Además, hay casos graves que harán inviable la aplicación de la reforma a corto plazo. Uno de los ejemplos es la Diputación de Ourense, endeudada e insolvente no es capaz de asumir sus propias competencias, como para además asumir la de los concellos.

4. A medio plazo veremos cómo este proceso de recentralización se transforma en el primer paso para la integración de ayuntamientos deficitarios o insolventes y, por tanto, para la reducción del mapa local.

5. Hay que analizar si las diputaciones asumen competencias solo para gestionarlas mejor o también adquieren la capacidad de suprimirlas y reducir las funciones de los concellos. En este caso, además de una consecuente reducción del gasto, hasta sería previsible una revuelta de los gobiernos locales ante su pérdida de peso social y político.

6. El pretendido reajuste salarial no es tal. Muchos alcaldes y concejales, sobre todo en los pequeños ayuntamientos, ya hacen un esfuerzo ímprobo por sus localidades sin ver un céntimo. Necesitamos una ley orgánica que establezca salarios públicos claros en base a criterios y coeficientes de cálculo transparentes.

7. Por supuesto. La actual fragmentación (con 8116 entidades locales) y el pequeñísimo tamaño de muchas las hacen en muchos casos inviable. La viabilidad de los municipios exige un proceso de agregación y no una reforma que mantiene el modelo y duplica los problemas con la intervención de las diputaciones.

8. La mejora del gobierno local comienza con una modernización de la Ley de las Administraciones Públicas, la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración del Estado y la Ley de Contratos del Sector Público; además de una ley de transparencia. A partir de ahí, propondría la elaboración de un Libro Blanco para la reforma del Estado, del esquema institucional.

Javier FerreiraProfesor de Derecho Administrativo

"Es el momento de apostar por la cooperación municipal"

1. Con esta reforma, el municipio deja de ser la puerta de acceso habitual de los ciudadanos a la Administración, pues la mayor parte de las cuestiones que tradicionalmente se planteaban a los alcaldes ya no serán de su competencias. Se trata de volver a la concepción de los municipios de los años 80, solo dedicados a la tramitación de unos cuantos procedimientos y a la realización de obras de escasa entidad.

2. La solución al problema que tiene hoy nuestra administración local no es dar mayor protagonismo a las diputaciones. Son entes que han demostrado su incapacidad, incluso para asumir sus propias competencias, a lo largo de los últimos 30 años. Otra cosa es que, aún siendo, como son, si existen, deban asumir en estos momentos y puntualmente un mayor grado de responsabilidad. Hoy más que nunca las diputaciones deben hacer lo que les corresponde: apoyar y colaborar con los municipios y dejarse de enredar con funciones que tienen más que ver con el reparto de prebendas políticas que con la función que nuestro legislador les ha encomendado.

3. Las corporaciones provinciales son entes muy acostumbrados a la gestión de intereses políticos (en el peor sentido de la palabra) y poco acostumbrados a la gestión de los intereses municipales. Deben cambiar de estructura y filosofía. Poseen muchos recursos y pueden hacerlo, pero deben cambiar de filosofía y para ello deben cambiar de estructura. Ser más representativas.

4. Asumir una competencia durante cinco años para devolvérsela más tarde al ente titular es un sinsentido. Es marear la perdiz.

5. Si las diputaciones van a asumir servicios deficitarios deberán recibir un plus de financiación. La economía de escalas no lo resuelve todo. Si así fuese, lo más sencillo sería que todas las competencias fuesen asumidas por la comunidad autónoma, por ejemplo.

6. Con los estándares que se fijan, la mayor parte de los alcaldes deberían cobrar más y debería haber más dedicaciones exclusivas.

7. Probablemente este no es el mejor momento para reorganizar el mapa municipal. Esta operación „de gran calado„ no es precisa ni urgente en Galicia, ni creo que a medio plazo necesaria.

8. Se hace preciso ya definir las competencias municipales en función de la dimensión de los municipios. No hay municipios incapaces, lo que hay son competencias inasumibles para municipios pequeños. ¿Tiene sentido que un municipio de 1000 habitantes planifique su ordenación territorial? Es el momento de poner en valor la cooperación y colaboración municipal como remedio a los problemas actuales. Una cooperación que, de no ser voluntaria, se ha de imponer por quien corresponda.

Miguel Bastos MartínezProfesor de Ciencia Política

"Las diputaciones tienen mala fama, pero tienen experiencia y capacidad"

1. La reforma recorta competencias a los concellos que habían prestado durante mucho tiempo y que habían garantizado la prestación de servicios de proximidad. Les quedan aún muchas competencias pero desde luego no contribuye a construir una administración pública próxima al ciudadano.

2. La función de las diputaciones es la de colaborar con los ayuntamientos, en especial con los más pequeños. Las diputaciones son administraciones con mala fama pero tienen experiencia y capacidad probada. Lo que tiene menos lógica es promover todo tipo de consorcios y mancomunidades cuando las diputaciones pueden prestar ese papel y más con los medios tecnológicos y las redes de comunicación que existen hoy. No creo que desde ningún concello se tarde más de hora y media en llegar a la capital, y más si pensamos que las actuales provincias fueron diseñadas en el siglo XIX para no tardar más de un día en llegar a la capital desde cualquier punto de la provincia.

3. Las diputaciones tienen personal capacitado, experiencia de gestión para asumir competencias municipales y la escala adecuada para prestar servicios inviables para los pequeños ayuntamientos.

4. Si la experiencia es buena estaría bien que permaneciesen en las diputaciones. Podrían devolverse parcialmente competencias a los concellos que demostrasen buena capacidad de gestión en esos años.

5. Las mejoras serían de escala, pero a corto plazo no habría ahorro, o incluso podría haber incremento de costes de existir reestructuraciones en las plantillas, cuyos despidos habría que indemnizar.

6. Es una medida de carácter cosmético de cara a la opinión pública. No creo que exista un ahorro sustancial.

7. Se optó por esta vía porque las fusiones tienen un coste político muy alto y no todas son viables ni política ni económicamente.

8. Se debería incidir más en la austeridad y en la obligatoriedad de la adecuación del gasto público local a los ingresos. Limitar severamente la posibilidad de endeudamiento de los entes locales. Determinados servicios públicos son muy costosos y su transferencia a las diputaciones no elimina el problema, solo lo traslada.