Cerca de 9.000 personas han sido admitidas para presentarse en abril a las pruebas de acceso a FP Superior. El número de candidatos triplica al de plazas disponibles para matricularse por esta vía, unas 3.000 cada año, si bien, antes de competir por el pupitre deben aprobar.

Son jóvenes o adultos que no tienen ni Bachillerato, ni una carrera universitaria, ni un título de técnico que permitan acceder directamente. Por ello han de demostrar su capacidad, por experiencia previa, y formación académica para adecuarse al nivel de la FP Superior, examen que requiere meses de estudio. Pese a la caída de la inserción laboral durante la crisis, los estudios de FP siguen teniendo una elevada demanda. Si hace cuatro años trabajaba el 63% de los titulados en FP hoy este porcentaje ha descendido hasta el 33%. No obstante, durante este mismo periodo, el alumnado de ciclos aumentó en un 38%.