Hasta ahora los certificados médicos y de defunción, unos impresos que cuestan unos cuatro euros para ser cubiertos posteriormente por un doctor, se compraban en los estancos. A partir del uno de febrero en Pontevedra dejará de ser así: los impresos se comprarán en las 428 farmacias de la provincia "por coherencia" y por "mayor comodidad del paciente".

Así lo rubricaron ayer el colegio de médicos y el de farmacéuticos de Pontevedra, ya que el acuerdo con Altadis para encargarse de la venta de estos impresos -vigente desde el Franquismo- no se renovará más. Aún así, los estancos pueden agotar sus stocks de impresos, coexistiendo la venta en estancos y farmacias durante unos meses. El vicesecretario del Colegio de Médicos de Pontevedra, Antonio Larriba, explicó que estos certificados -solo en la provincia pontevedresa se expenden 15.000 ordinarios y 7.000 de defunción al año- se distribuían en estancos "desde que la tabacalera española era una empresa estatal y en los estancos se vendía papel del Estado".