De las cuatro entidades nacionalizadas por el Estado, Bankia es la única que permanecerá en solitario tras el alborotado lavado de cara del sistema financiero español con cargo al erario público. Presentó ayer un proyecto estratégico detallado hasta 2015 después de que la Comisión Europea haya dado el visto bueno a su plan de reestructuración, que implicará una inyección de 17.960 millones de euros. Este dinero incluye los 4.500 millones ya anticipados en septiembre -después de declarar pérdidas históricas- y habría que sumar lo que ya le fue inyectado a su matriz, BFA. En total, su supervivencia se habrá traducido antes de final de año en un rescate de unos 36.000 millones de euros (algo más del 3% del Producto Interior Bruto español). La contrapartida para tamaño auxilio público será severa. Bankia cerrará una de cada tres oficinas (se quedará con unas 2.000 sucursales, frente a las 3.117 actuales) y prescindirá de 6.000 trabajadores, el 28% de su plantilla.

La dirección de la entidad manifestó la intención de iniciar "de inmediato" las negociaciones con los sindicatos "para buscar a un acuerdo". Si el banco va a aplicar o no la nueva reforma laboral (permite la extinción del contrato con 20 días de indemnización con un máximo de 12 mensualidades) es algo a lo que Bruselas no obliga, según explicó el comisario de Competencia, Joaquín Almunia.

También sufrirán un duro revés los clientes de Bankia con participaciones preferentes u obligaciones subordinadas. La entidad prevé generar 6.500 millones de euros de capital con el canje de estos productos por acciones (Bankia cotiza en bolsa y puede ofrecer un producto líquido a cambio) tras aplicar una quita de entre el 14 y el 46%.

No todas las emisiones sufrirán las mismas pérdidas y, en el caso de las preferentes, a éstas se les aplicará una quita del 39% de media. Esto es, un afectado con 10.000 euros invertidos en este producto complejo percibiría a cambio acciones por 6.100 euros, aproximadamente. En el caso de las subordinadas las pérdidas diferirán de manera significativa entre aquéllas emisiones que sí tienen fecha de vencimiento y las que no. Para las primeras la quita media será del 14%, mientras que para las subordinadas perpetuas las pérdidas ascenderán al 46%, casi la mitad de lo invertido. Las acciones de Bankia cerraron ayer la sesión con una caída del 9,34%.

Según el plan estratégico de Bankia (2012-2015), la entidad no ofrecerá dividendo a sus accionistas hasta 2014. Esto implica que los nuevos accionistas -antes preferentistas, sin derechos políticos- recibirán un producto que no se beneficiará de las ganancias de Bankia en el primer año (independientemente de que las acciones puedan valer más y las vendan en el mercado primario). Con 7,5 millones de clientes el presidente del banco, José Ignacio Gorigolzarri, se aferra a la "confianza de nuestros accionistas" para llevar a buen puerto un proyecto casi de Estado para el contribuyente español.

En poco más de dos años asegura que podrá generar 1.200 millones de euros en beneficios, y saldrá de pérdidas en 2013.