Con los asesores contratados, después de que el gobernador del Banco de España admitiera que la complejidad del proceso transciende a todo lo hecho hasta ahora, el regulador y el Ministerio de Economía trabajan ya en la redacción de los estatutos que darán cuerpo al banco malo, en paralelo a la búsqueda, a través de firmas de cazatalentos, de los directivos. Desde ayer, la llamada Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Financiera, la Sareb, cuenta con la normativa que necesitaba para formalizar su funcionamiento. El Gobierno aprobó el real decreto que marca el régimen jurídico, con "incentivos fiscales" para atraer a los inversores privados. Los diferentes fondos en los que se dividirá la Sareb en función de las propiedades tendrán una tributación del 1% en el Impuesto de Sociedades, como las Sociedades de Inversión Colectiva (Sicavs) y, además, los extranjeros sin residencia permanente en España quedan exentos de pagar aquí por las rentas.

La captación de socios es una de las principales preocupaciones para el banco malo, con 5.000 millones de recursos propios, de los que 1.000 serán capital puro y duro y el resto deuda. Hace un par de días, el director general del FROB, Antonio Carrascosa, aseguraba que la captación de 500 millones de inversores foráneos sería una "magnífica noticia" y que el plazo marcado para conseguirlo se extendía hasta febrero.

El real decreto avalado ayer es "una pieza fundamental" en el camino hacia el rescate bancario, según Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta, que presenta la Sareb como "un elemento clave" para la recuperación económica, dinamizar el mercado de la vivienda y "para que vuelva a fluir el crédito". Ante la pregunta de si el banco malo podría acabar teniendo un coste para el contribuyente, el ministro de Economía confía en que "no se pierda dinero" y ya adelanta que los primeros años acabará en pérdidas porque serán "los más difíciles" con la segregación de los activos. "Se tendrá una rentabilidad adecuada por el 45% del FROB", señala Luis de Guindos, en un recordatorio de que la presencia pública aspira a ser minoritaria. El titular de Economía insiste en que la rentabilidad del toda la vida de la sociedad, 15 años, será "un 15%".

El 1 de diciembre, si se cumplen las previsiones, la Sareb empezará a funcionar con la segregación de la carga inmobiliaria de las entidades nacionalizadas. Unos 45.000 millones de euros. El tope de activos queda situado en los 90.000 millones, pero las previsiones del Ejecutivo es que no se superen los 60.000.

Al banco malo irán los préstamos a promotores que superen los 250.000 euros, los inmuebles que valgan más de 100.000 y las participaciones de los bancos en sociedades constructoras. El traspaso se hará con un descuento medio ligeramente superior al 60%, que llegará al 79,5% en el suelo.

La supervisión e inspección correrá a cargo del Banco de España, junto con una "Comisión de Seguimiento". En ella estarán presentes, además del regulador, los ministerios de Economía, Hacienda y la CNMV, con la opción de una incorporación "permanente" del Banco Central Europeo.