La instrucción del caso Prestige fue un proceso largo y accidentado. Y el juicio que arranca hoy en A Coruña se prevé descafeinado, tanto por la depuración de responsabilidades penales como por la solvencia de los imputados y los responsables civiles subsidiarios de asumir las indemnizaciones por daños y perjuicios reclamadas, más de 4.100 millones, según el auto de acusación de la Fiscalía.

Desde que a finales de 2002 el Juzgado número 1 de Corcubión asumió las riendas del caso han sido muchas las trabas que han impedido acelerar el proceso y cerrar la instrucción. Los continuos cambios de juez, hasta cinco magistrados asumieron la instrucción, y los problemas estructurales del juzgado de Corcubión (un órgano muy pequeño y poco acostumbrado a llevar casos de tal envergadura), sumados a la complejidad de una causa con múltiples ramificaciones internacionales y más de 5.000 partes personadas en un primer momento (ahora apenas quedan 1.500 tras llegar a un acuerdo con el Estado para cobrar por adelantado y así renunciar a ir a juicio) y las anomalías en los peritajes (la juez instructora aceptó como perito clave para la exculpación inicial del entonces director de Marina Mercante, José Luis López Sors, a un ingeniero que había asesorado a Fomento en plena gestión del naufragio) atascaron la investigación desde el principio. Una dilación que la Fiscalía gallega consideró insostenible hace ya cuatro años.

Hace apenas dos meses, el caso Prestige recibió el primer varapalo judicial. Y lo hizo desde EEUU. Nueve años después de que España emprendiera acciones legales en Nueva York contra ABS, la empresa que certificó en 2002 que el petrolero era apto para navegar, la Justicia norteamericana dio carpetazo a la demanda y con ella, a las aspiraciones españolas de recibir una indemnización de mil millones de dólares por el accidente. En su dictamen, el Tribunal de Apelación del Segundo Circuito de Nueva York falla a favor de ABS argumentando que España no presenta pruebas suficientes para culpar del accidente a la clasificadora del petrolero.

Ese revés judicial en EEUU no es un buen precedente para el macroproceso que hasta el próximo mes de mayo se celebrará en las instalaciones de Expocoruña. Una vez concluido el juicio bastarán apenas tres meses para dictar sentencia, según previsiones del tribunal de la Audiencia de A Coruña encargado del caso. El fallo llegará por tanto en septiembre de 2013.

Afectados por la marea negra del Prestige aseguran no tener demasiadas expectativas en el juicio. "Se han diluido con el paso del tiempo", aseguran abogados del caso. El mayor pero, coinciden letrados, afectados, alcaldes y organizaciones ecologistas, que se siente en el banquillo solo un responsable institucional, el entonces director de la Marina Mercante José Luis López- Sors. "Faltan los políticos que realmente tuvieron la responsabilidad en la gestión; los que hicieron que un accidente se convirtiera en catástrofe", cuestionan.