Con medio cuerpo ya camino del rescate, de hecho el ministro de Economía confirmaba ayer que los planes para reestructurar el banco gallego están ya en manos de Bruselas, NCG cerró el primer semestre del ejercicio con un profundo saneamiento de 1.638 millones de euros, que apuntan a una adecuación de la morosidad en los créditos y en el precio de los activos adjudicados. El paso previo a su segregación al banco malo que funcionará a finales de noviembre.

La entidad aplica así las duras exigencias de los dos decretos de provisiones para el ladrillo sano y el corriente de pago impulsados por Luis de Guindos, en dos intentos claros de ajustar el mapa financiero. Pero solo "parcialmente", reconoce la entidad en su informe contable del semestre, porque ambas normativas le exigían entre dotaciones y capital más de 3.500 millones. Con la limpieza se va cualquier atisbo de beneficio, hasta el punto de que las pérdidas de Novagalicia se disparan entre enero y junio a más de 1.400 millones de euros.

El volumen de activos deteriorados -tras una reducción del 4,5% en el conjunto de la exposición inmobiliaria- se sitúa en más de 10.020 millones de euros, lo que, según la entidad, supone calificar como impagados o a punto de serlo la práctica totalidad de la cartera vinculada a promotores y constructores. Son 4.311 millones más que al cierre del pasado 2011, con una tasa de cobertura del 39,7% desde el colchón contra las insolvencias, que roza los 4.000 millones de euros. La información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no revela la tasa de morosidad, aunque esa cantidad de reconocimiento de deteriorados representa el 21,6% del total de la inversión crediticia en el grupo, unos 45.169 millones de euros.

Las propiedades y suelo adjudicados como pago de deudas suman un valor neto contable -es decir, sin las provisiones específicas- de 2.583 millones de euros. El aumento en la primera mitad del año es de 127 millones, pese a la venta de 1.426 inmuebles por un total de 170 millones de euros. La cifra se incrementa hasta los 368 millones si se añaden las 2.162 unidades comercializadas en obras financiadas por la entidad.

En el capítulo de los depósitos a la clientela, la nota de prensa de NCG apunta a una reducción del 15,6%, hasta los 43.984 millones de euros. "Este descenso fue especialmente significativo en partidas que responden a una operatoria mayorista o con un comportamiento más volátil", apunta el banco, que cifra esa caída concreta en 3.735 millones con el saldo de cédulas no negociables, cesión temporal de activos y operatoria con el Tesoro. "La captación de recursos de clientes minoristas -continúa NCG- refleja el impacto de la intensa competencia por el pasivo y una tasa de ahorro familiar que continúa deteriorándose en España". Casi 2.850 millones menos en depósitos a plazo entre ahorradores, una caída de un 13% -de 21.638 millones en diciembre a 18.791 millones en junio-, y de un 5,6% en depósitos a vista, lo que suponen alrededor de 700 millones, que se suma además al 8,2% de recorte experimentado en este caso concreto el pasado año.

La nacionalización de YPF por el Gobierno argentino lastra la presencia del banco en Sacyr -uno de los principales accionistas de la petrolera- a una valoración negativa de 63,6 millones, lo que junto con el deterioro del paquete en Itínere -en 90 millones de euros- y el aumento de 30,4 en las obligaciones al Fondo de Garantía de Depósitos por las elevadas remuneraciones a determinados productos, arrastra hasta los -41 millones el resultado de las participadas. NCG destaca la apuesta por la eficiencia con el cierre de 127 oficinas en el semestre, 33 más en julio, y la salida de 386 empleados, lo que eleva a 474 las sucursales clausuradas y un recorte de 1.771 empleados desde el inicio de la fusión.

Salvedades

Ante las salvedades que la firma auditoria Deloitte incorporó en su informe anual de 2011, con el acento en los más de 2.100 millones de créditos fiscales que hoy por hoy es imposible saber si podrán ejecutarse, la cúpula mantiene que sus planes pasan por la continuidad del negocio. Y ahí hay una importante novedad en la información publicada ayer. Novagalicia revela que su petición de "aportación pública" al proyecto para garantizar la supervivencia con cargo al rescate europeo se estimó "entre 5.000 y 7.000 millones", lo que supone 1.000 millones de máximo más de lo que oficialmente transmitió su presidente, José María Castellano.

Las dos alternativas que se unieron con las nuevas condiciones al sector a lo inicialmente planteado -una subasta convencional o la venta parcial con EPA a inversores privados de un paquete minoritario del 90% que tiene el FROB- son la de una ampliación de capital suscrita "íntegramente por el Estado" a la vez que se emiten bonos convertibles para al menos un 20% del capital para abrir al puerta a inversores privados; o ante "el contexto adverso para la economía española en el ámbito internacional, como resultado de la elevación de la prima de riesgo soberana y la fuerte incertidumbre sobre el sector", un cuarto escenario con "inyección directa de capital público, retrasándose o no produciéndose" la llegada de los fondos internacionales.