El adelanto electoral vasco al 21 de octubre abre un nuevo escenario en Galicia que obligará al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a replantearse el calendario gallego. En todo caso, el jefe del Ejecutivo autonómico mantuvo ayer la incógnita sobre la fecha de las elecciones en Galicia, €que de agotarse la legislatura deberían celebrarse en marzo€. "Un velatorio no es lugar para hablar de elecciones", zanjó cuando salía de la capilla ardiente del fallecido Avelino Pousa Antelo. El PP, a través del portavoz del grupo parlamentario, Pedro Puy, también dejó todas las puertas abiertas y reclamó respeto "para una competencia que corresponde al presidente de la Xunta".

En las dos últimas convocatorias electorales, tanto gallegos como vascos fueron llamados a las urnas el mismo día -el 19 de junio de 2005 y el 1 de marzo de 2009-. De hecho, en 2009, fue el entonces presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, quien fijó las elecciones para el 1 de marzo y posteriormente el lehendakari, el nacionalista Juan José Ibarretxe, convocó los comicios vascos para el mismo día.

Por esta razón en los últimos meses se vinculaba un posible anticipo electoral en Galicia a la decisión que tomara el lehendakari, Patxi López. El socialista ha sido el primero en mover ficha y eso marca el terreno de juego a Feijóo, que además preveía aprobar este otoño una reforma legal que reduce de 75 a 61 los diputados autonómicos -el PP se había dado de plazo el mes de septiembre para negociar esta medida con la oposición antes de aprobarla en octubre-.

Si el jefe del Ejecutivo gallego decide convocar en la misma fecha que el País Vasco tendría solo de plazo hasta el lunes para que el Consello de la Xunta aprobase el decreto que fija la fecha de las elecciones y enviarlo para su publicación en el Diario Oficial de Galicia a más tardar el martes -entre la convocatoria y la cita con las urnas tienen que transcurrir un mínimo de 54 días y un máximo de 60-. Esto le obligaría a disolver el Parlamento sin tiempo a sacar adelante el recorte de diputados que, tal y como denuncia la oposición, beneficiaría al PP en las urnas puesto que se refuerza la representación en el hemiciclo de las provincias de Ourense y Lugo, los dos principales graneros de votos del Partido Popular.

Aunque en los planes de Feijóo estaba que esta reforma estuviese ya en vigor para las próximas elecciones autonómicas, tras el anuncio de Patxi López de adelantar al 21 de octubre las elecciones vascas, el portavoz del grupo parlamentario se mostró más ambigüo cuando fue preguntado sobre si mantenían su intención de aprobar este recorte de diputados antes de que finalizase la legislatura. "No tiene que ver una cosa con la otra. Ésa iniciativa ni siquiera está registrada, estamos valorando la oposición de socialistas y nacionalistas sin renunciar a lo que consideramos algo importante", apuntó.

Precisamente el BNG exige a Feijóo que convoque las elecciones cuando quiera pero "sin pucherazo electoral", en alusión a esta reforma. Para el PSOE, sin embargo, un anticipo de las elecciones al 21 de octubre le obligaría a reajustar su calendario para elegir al candidato a la Presidencia de la Xunta, puesto que las primarias que ha convocado para el 6 de octubre coincidirían con el inicio de la campaña electoral. A pesar de ello, su secretario xeral Pachi Vázquez asegura que están "preparados" y reclama a Feijóo que "acabe con la incertidumbre".

Pedro Puy insistió en que la fecha de las elecciones vascas "no afecta en principio a nada" en Galicia. Sin embargo, dentro del partido reconocen que la convocatoria en el País Vasco "evidentemente lleva a replantearse todo el escenario". La decisión está ahora en manos de Feijóo que, tal y como explican sus colaboradores, lleva el asunto con total hermetismo. En cualquier caso, fuentes del PP explican que atendiendo a la agenda que tienen prevista o al trabajo interno dentro del partido no existe ningún indicio de que pueda haber adelanto electoral, lo cual no excluye que el presidente de la Xunta tenga ya en mente un calendario o adopte una decisión al respecto en los próximos días que los pille por sorpresa.

La última encuesta electoral que maneja el PP, realizada en el mes de julio, les da unos resultados "positivos", aunque no tan buenos como los que obtenían el pasado mes de noviembre, justo antes de las elecciones generales.